martes, 27 de mayo de 2008

Cinco madres

Hace varios meses recibí un encargo para hacer una entrada. M. y G. pedían insistentemente un post en el que se cantaran sus excelencias. Pero ¿Cómo hacer para retratarlas sin caer en la burda adulación? Ciertamente, escribí varias versiones pero ninguna me satisfizo totalmente. Hasta que a mi padre se le ocurrió la mejor manera de dar una imagen certera sobre cómo son cada una de ellas. Retratar como son “las madres”, precisamente, como madres. Porque no hay mejor indicador observable de lo enormemente diferentes que son entre ellas.

A M.S. siempre la he asociado desde pequeño con “Mary Poppins”, aunque sin saber mucho por qué. Quizás porque es proclive a desplazarse volando de un lugar a otro, a estar en todos los sitios. Su carácter es cooperativo pero a la vez de caminante infatigable. Con disciplina prusiana. Organizada hasta el extremo. Con método. Sus hijos han llevado siempre los más deliciosos manjares al recreo. El bizcocho, la tarta de galletas… que terminaban sirviendo de comida para todos sus compañeros. Otras madres hubieran rebajado el nivel a un bocata de salami. M.S. es de las que dobla la ración para que llegue bizcocho a todo el mundo. Es la misma que confisca el pan a su hijo para que se acabe el rancho. Si un don tiene M.S. es la omnisciencia propia del clan a que representa. Conoce a todos y sabe de todo. Sobre todo, el camino a Préjano.

M. está hecha de otra pasta. Aunque sabe ponerse seria, es la de la risa floja de los “cojoncillos”. Es una confidente silenciosa y leal, infatigable en el crucigrama. Un carácter afable pero que cuando entra en colisión con sus hijos se transforma. Con ellos es el conflicto permanente, un insistente toma y daca. El hijo mayor, por supuesto, es el que más le entra al trapo y cae en sus trampas. Pero no significa que se lleven mal, sino todo lo contrario. Se quieren muchísimo. Sólo que lo expresan picándose entre ellos. Fan de “Estopa”, aunque lo canta con dificultad, es una apasionada de los juegos de ingenio. Ella es urbanita, le gusta la vida de ciudad, el contacto con gente. Pero cuando se ve atrapada por el imperativo rural, cómo le pasa con frecuencia, sabe arrimar el hombro. Le encanta hablar pero, sobretodo, es buena escuchando.

M-M. no tiene nada que ver. Ella vive en una doble dimensión, mágica, entre lo fantástico y lo real. Tan pronto está hablando contigo cómo se abstrae en sabe dios que pensamientos. No es que le falte cobertura, sólo que tiene línea directa con “Los Mundos de M.”. Pero siempre está sonriendo, de un modo u otro. Loca por cumplir los deseos de la pequeña M., a la que lleva de lado a lado con un orgullo de madre. Puede que crea que la comida se está haciendo pero tenga apagado el fuego. Sí, es despistada. Pero sabe vivir feliz. Aunque ojo el que se crea que no es astuta. Porque sabe encajar muy bien golpes cuando conviene. M-M. es paciente y calma, cómo las mareas. Es de sofá y libro. Es de manta de cuadros. Y sobre todo es de risa contagiosa, de esa risa que tiene que te recuerda a la de una niña y que no puedes evitar acompañar.

G. tiene su qué. Por una parte, le encanta estar metida en todos los sitios, le gusta participar en las cosas. Herce es su ciudad de adopción, pero ya es casi su lideresa. Es una jugadora imbatible de mus, rabino y parchís. Pero por otra parte no es un carácter hogareño. Es más de salir. Es de hacer cosas con los pequeños, es de atracciones, es de viajar. Más que por edad, es por actitud. Con sus hijos no es para nada conservadora, pero los choques que tiene con el pequeño son terribles. En cierta medida, porque son muy parecidos. Su carácter es el de una cartera. Va a su ritmo pero conoce todos los buzones. Y cuantos más conozca, mejor. Le gusta mucho sentirse arropada, le gusta estar siempre con gente. G. es pródiga en generosidad, poniéndolo todo siempre a disposición de los demás, sin pedir nada a cambio. Bueno, quizás un café.

A.M. tiene esa salsa de los andaluces que prodiga en reuniones sociales. Y aunque eso le da la gracia que les es propia, no le salva de ser, quizás, la más indiscreta de las 5 madres. Nadie se salva de un interrogatorio amoroso que deja caer con sutiles comentarios de “¿Ya tienes novia?”. Parecería que quiere casarnos a todos. Y sobre todo a su hijo mayor, al que trae loco con el tema. Tiene un don a la hora de caer bien a la gente. Y eso que sus hijos son de carácter fuerte y colisionan con frecuencia, sobretodo con la adolescente. Así, A.M. sufre más la procesión por dentro que por fuera, pues nunca da un desplante o pone un mal gesto. Es una caja de sorpresas, pues cuando menos te lo esperas, sabe tocar la guitarra. Y también es de firmes convicciones, que defiende con vehemencia. Y sin embargo, con ella la discusión es fácil de evitar. Si media un merengue.

Son cinco madres. Son formas diferentes de entender la maternidad y la vida. Y sin embargo, en cierta medida, nos han criado todas juntas desde bien pequeñitos. Ellas son, quizás, nuestras cinco madres.

miércoles, 14 de mayo de 2008

martes, 13 de mayo de 2008

En España no sabemos inglés

En mi experiencia personal en el master que estoy cursando me he dado cuenta de que los españoles tenemos un serio problema: no sabemos inglés. Y no es que esté hablando de la generación de nuestros padres, que aún podría ser disculpable. Hablo de que muchos de los jóvenes de mi edad (yo incluido) no sabemos inglés al nivel que sería deseable. Por el contrario, estudiantes de cualquier otro país del mundo tienen un domino muy superior al nuestro. Hoy, en el diario “20 minutos” había un titular diciendo que el 56% de los españoles estamos dispuestos a trabajar e otro país. Y que, sin embargo, el desconocimiento del idioma es el principal freno que tenemos. ¿Quién es el responsable?

Bueno, creo que podemos encontrar varios. Por una parte, el sistema educativo que presenta una gran disparidad en la calidad y el nivel de exigencia de inglés durante secundaria y bachillerato. Esto genera que las clases de refuerzo en una academia privada sea obligada para una gran cantidad de estudiantes. En vez de que el sistema educativo se pare a reflexionar las razones de tal fracaso, deslocaliza el problema en las familias. Con el sobrecoste, por cierto, que les genera. Porque estos cursos no son precisamente baratos. Otro ejemplo es el caso de los viajes a hacer cursos de veranos a países anglófonos. Lo cierto es que son caros (aunque una experiencia muy realizadora) y tan sólo se los pueden permitir familias de clases medias y acomodadas. Sólo recientemente se han puesto en marcha becas para promover viajes al extranjero de los hijos de familias con rentas bajas. Por lo tanto, el conocimiento del inglés se estratifica por la incapacidad del sistema educativo y el Estado de proveerlo con la intensidad o calidad requeridas. Sin ir en menoscabo de los profesores de inglés de escuela, que bastante esfuerzo hacen los pobres con los pocos recursos que tienen…

Pero esto se complementa con una cultura poco abierta al bilingüismo y el uso del inglés en los medios públicos. Mientras que en otros países no se doblan películas del inglés sino que se subtitulan, aquí lo doblamos todo. Si la televisión es el medio de comunicación rey ¿Acaso el mantener las películas en versión original no nos ayudaría a acostumbrarnos al idioma desde bien pequeños? No es ya sólo por la estética de la versión original (donde los matices son mucho más ricos) sino que sería un buen instrumento para saber más inglés. Me imagino que hoy en día sería algo muy arriesgado por parte de las cadenas hacer tal cosa, pero si la Televisión Pública no se rige por estándares de mercado (no debería): ¿Por qué no reservar cuotas de pantalla para versión original cada vez más amplias?

Nuestro país por tradición ha estado cerrado en sí mismo, sin abrirse al exterior. Hoy día, no saber inglés es una penalización muy grave para el mundo académico y el mercado laboral. Casi resulta inadmisible. Pero lo cierto es que la estratificación tradicional de clase se correlaciona intensamente con los niveles de conocimiento de inglés. Los hijos de rentas más bajas, que han ido a colegios con más alumnos por clase, más alumnos problemáticos… tienen un rendimiento peor en inglés. Y cómo no disponen del colchón de seguridad de las clases privadas o de la salida al extranjero, salen del instituto sin saber inglés. Con esto, un nuevo elemento de bloqueo impide la movilidad social de los menos favorecidos por el azar biológico. Pero incluso muchos hijos de clase media tienen poco conocimiento de inglés. Si los poderes públicos no meten mano en esta cuestión con políticas educativas bien dotadas de medios y con apoyo institucional al uso del inglés, mucho me temo que gran parte de nuestro capital humano sufrirá las consecuencias. Y todos pagaremos por sus errores.

sábado, 10 de mayo de 2008

Felicidades

A veces el azar puede ser tremendamente justo. En este sentido, Alejandra merece la suerte que ha tenido. Ya era afortunada sin saberlo, porque aunque está en el ocaso de su carrera, sabe que es lo que quiere hacer cuando la termine. Quiere estudiar para ser profesora de niños. Pero a veces no es suficiente con querer, sino que también hay que poder. Seguir estudiando es una inversión cara y a la hora de la verdad, no demasiado bien reconocida (depende de la carrera, claro) en el mundo laboral.

Pues bien, Alejandra ha sido agraciada con la beca de 6000 euros que da el diario “El País” por sorteo entre todos los que se inscriben. Esta cantidad deberá ser justificada en pago de material escolar, matrículas, cursos o lo que sea. Pero desde luego, le ha salido gratis la carrera que quiera hacer. Y los cursos de alemán. Y el Erasmus… ¡Eso si es tener suerte! Alejandra nunca había recibido una beca porque sus dos padres son funcionarios. Algo parecido a mi situación, en la que por renta nunca he recibido una sola gratificación del Estado. Suele pasar si trabajan tus dos padres (o, si los dos declaran a Hacienda, por supuesto). Al final, ha sido por suerte y por medio de una institución privada que se va a financiar sus estudios. ¡Genial!

Alejandra es muy buena estudiante y me alegro sinceramente porque le haya tocado la beca. No, Alejandra no es de esas personas que se suele decir que nacen con “una flor en el culo”. El viento no le ha soplado siempre a favor. Pero con estos 6000 euros parece haber cautivado al mismísimo Eolo. Muchísimas felicidades. ¡Y mantén firme el timón!

miércoles, 7 de mayo de 2008

Turbulencias Populares

Algo que está en boca de todos los medios de comunicación estos días es la situación de crisis interna que existe en el Partido Popular. Tras la revalidación del PSOE de Zapatero en el poder, la tesis de que su triunfo fue en exclusiva debido a los atentados del 11-M se ha desmoronado. Aquella dulce derrota del PP que le arrojó a la estrategia de la oposición frontal confiando en la debilidad del PSOE ha llegado a su fin. Y no hace falta ser un lince para verlo: el PSOE logró aglutinar el miedo al regreso del PP. Ahora tenemos que en el Partido Popular se abre la reflexión interna que no se abrió en su momento. Cambian caras y se postulan críticas

Los dos famosos adalides del radicalismo mediático de los populares, Zaplana y Acebes, desaparecen de escena. El primero se marcha a Telefónica y el segundo, aún está por ubicar. Todo son incógnitas respecto del futuro equipo directivo que saldrá del Congreso de Valencia a la par que se sobreponen diferentes conflictos. Un primer enfrentamiento es el ya clásico en los partidos entre la nueva generación y la vieja guardia. Los primeros buscan un relevo de calado en el seno del partido, mientras que los segundos exigen un puesto acorde a las responsabilidades políticas que han tenido en el pasado. A su vez, se desarrolla la pugna entre las diferentes baronías del PP por ganar poder.

Una lucha que se desarrolla al menos en tres dimensiones El de los feudos tradicionales, que quieren controlar de manera más directa la dirección nacional. El de los partidos sistemáticos perdedores (La rama catalana, vasca…) que presionan por una estrategia general que los haga más viables en sus territorios. Y tercera, la que hay dentro de cada rama autonómica por el control de la dirección. En Cataluña pugnan Sirera, Fernandez Díaz y Nebreda. En Alicante aún existe un zaplanismo por reconvenir. En Madrid, Gallardón y Esperanza siguen con las espadas en alto. La segunda, por cierto, algo tocada tras sus amagos de presentarse contra Mariano. Con este panorama, es comprensible que notables del partido llamen a Rajoy a despejar lo antes posible la composición de su equipo. De momento, el líder popular se dedica a recabar apoyo de compromisarios. Las restricciones internas a la presentación de una candidatura independiente (formalmente, muy difícil) juegan a su favor. Pero quizás sea un flaco favor, porque si Rajoy venciera en un Congreso a una alternativa, podría ver reforzado su propia legitimidad, emancipándose definitivamente de la sombra del dedo de Aznar.

Y, además, se hace una reflexión no sólo sobre el equipo sino también sobre la estrategia. Puede pensarse dos cosas. O bien la estrategia de la tensión al máximo está agotada y hay que reconvenirse hacia la moderación o bien la estrategia era la correcta, pero ha fallado su ejecución. La primera llama a un retorno hacia el centrismo moderado, a la vuelta a la travesía que Aznar inició en su idea. Sin embargo, si lo que falló fue la ejecución de la estrategia, el relevo en el liderazgo es obligado. La primera reflexión parece ser la de Mariano Rajoy. La segunda, la del ala dura (y mediática) el Partido. En suma, parece que existirá que la situación interna del PP copará muchos titulares de prensa todavía. Algo que le puede venir bien, por cierto, al PSOE, por más que impida consensos. Para gestionar la crisis, le conviene el silencio…

martes, 6 de mayo de 2008

Madrid

Este pasado puente del 1 de mayo, y aprovechando la celebración del bicentenario de los famosos fusilamientos, he ido por primera vez en mi vida a Madrid. Nunca en toda mi vida había visitado la capital, de modo que nos decidimos a aprovechar el puente de la comunidad para hacerlo. Un viaje que estuvo salpicado de turismo y regado con mucha cerveza. Alimentado con bien de tapas de jamón y tortillas de patata. ¡Qué diferentes son Madrid y Barcelona!

Allí, y eso es cierto, estuvimos en contacto con todo tipo de personas menos con madrileños. La vieja villa alberga en su seno una comunidad universitaria mucho más plural que la de Barcelona. En cierta medida la barrera lingüística genera recelos más allá de la franja de Poniente, lo que es una pena. Muchos de esos recelos son injustificados. De la misma manera, también es verdad que Madrid dispone de más universidades y con mayor tradición. Pero donde aquí el área de influencia es el Mediterráneo, la capacidad de atracción de la capital alcanza toda España. Más allá de eso, la propia vida universitaria es diferente, evoluciona un ritmo que da un poco de envidia. Ver cómo la gente tiene actividades en los colegios mayores, cómo echan sus partiditas de mus hasta las tantas. No es cuestión de Madrid, sino que los que entramos en la Pompeu estábamos firmando un contrato con el diablo. Vendimos nuestra vida universitaria por el prestigio del título.

Pero volviendo a Madrid, los propios estudiantes tienen una facilidad en comparación con Barcelona. ¡Salir es más barato! Por ejemplo, mientras que un billete sencillo de metro en Madrid cuesta 1 euro, en Barcelona es ya 1,20. Las cañas, aparte de ser (según se puede contrastar) de las mejor tiradas de toda España, siempre van acompañadas gratis por una tapa de jamoncito, de aceitunas, o algo que la haga más ligera. Así ¿Quién no estaría todo el día haciendo cultura de bar? Por ejemplo, llegamos a ir a un disco-bar donde los cubatas salían a razón de 2 por 6 euros. Si alguien conoce un sitio así en Barcelona, por favor, que me lo haga saber… Es cierto, por otro lado, que la Ciudad Condal tiene unos barrios mucho más pintorescos, más propios. Barcelona no se parece a nada que haya conocido jamás. Madrid, en algunas partes, no en el centro, podría pasar por una capital de provincia. Pero Barcelona se está mercantilizando que es una barbaridad. El Borne (Gracia menos) cada vez está más tomado por guiris, por locales de diseño. Todo mucho más fashion. Todo mucho más caro.

¡Ah! Pero Barcelona tiene playa, y eso se nota. Tradicionalmente, más abierta hacia Europa y el mundo que la castiza Madrid. Pero es difícil buscar solución al antiquísimo litigio entre las dos ciudades. Además, tampoco conozco Madrid cómo Barcelona, y quizás eso haya hecho que retenga una impresión tan positiva. Después de todo, una cosa es estar un puente de vacaciones y otra vivir de continuo. ¿Pero por qué tendrían que negarse la una a la otra? Cada rincón de la península ibérica tiene unos olores propios que cautivan a propios y extraños. Unos rincones llenos de encanto. Nos es propio amar aquellos lugares en los que nacemos o en los que pacemos, pero no por ello deberíamos dejar de reconocer las virtudes de los nuevos que conocemos. Hay todo un país por descubrir más cerca de lo que a veces nos damos cuenta.