viernes, 18 de diciembre de 2009

Haidar es libre

Finalmente parece que la crisis de Aminatu Haidar ha tenido una solución tras unas semanas de tensión en las que el problema surgió de la nada. La activista saharaui ya se encuentra en Al Aiuin. Ya se que siempre le llueven palos al gobierno por todo, pero esta vez hay que reconocer que ha logrado desactivar una mina importante. Aún así, pondré en valor algunas cuestiones que me ha suscitado este proceso.

Los gobiernos deben actuar defendiendo los intereses de Estado. En este sentido, las relaciones entre España y Marruecos son un activo importante por razones económicas y políticas. De ahí que el gobierno haya hecho bien en intentar preservarlas. En cualquier caso, es evidente que la cuestión del Sahara Occidental es un asunto irresuelto hasta que se aborde acorde con los compromisos del Plan Baker. Periódicamente estallarán problemas en torno a esta cuestión hasta que no se cambie la contemporización por una solución explícita. Zapatero ha actuado con prudencia (dejando trabajar a Moratinos), y no se ha enrolado a la causa saharaui sin condiciones. La izquierda así lo esperaba, por solidaridad frente a la dictadura de Marruecos y la derecha de la caverna, por su odio visceral anti-marroquí (¡Perejil español!). Había incluso quien criticaba al gobierno por haber dejado entrar a la activista.

La diplomacia tiene sus tempos, y sus equilibrios evidentemente opacos. Por eso hay que congratularse de que todo se haya hecho bien, con discreción (se rumorea que su ingreso en el hospital fue para facilitar su traslado). Me han sorprendido dos consignas de grupos políticos y costra tertuliana. La primera es la intervención del Rey, que debería mediar para persuadir al rey de Marruecos de que dejara volver a la activista. Sobre este punto decir que es evidente que Juan Carlos ha llamado a Mohammed VI, y que la diplomacia de la Casa Real se ha empleado para resolver el conflicto. Sin embargo, al ser el Jefe del Estado, no se le podía exigir una implicación directa. Primero porque es irresponsable y podría ser objeto de crítica política si fracasaba (para eso ya tenemos al gobierno) y segundo, porque se sabía que su intervención, probablemente, no culminaría en éxito en aquel momento.

Un segundo elemento que ha sido repetido en varias ocasiones es la de recurrir a la UE y los EEUU para que nos saquen las castañas del fuego. Aunque es cierto que hubo cierta escalada verbal de algunos ministros marroquíes, no subir la tensión fue la estrategia acertada. No me cabe duda de que la cancillería francesa y norteamericana habrán influido de manera importante en la decisión de Marruecos de permitir la vuelta de Haidar. Pero lo que no podemos hacer es cada vez que tengamos un problema trasladar la responsabilidad al Imperio o a los foros multilaterales. Después de todo, si España es un estado, debe ser competente para desenvolverse en el “Estado de Naturaleza” del orden internacional. Aunque es posible que una política internacional consolidada sea una asignatura pendiente, como ya he comentado en muchas ocasiones.

En cualquier caso ha habido una solución inmediata para Haidar, con lo que algo hemos ganado. Pero mientras que España no aborde el tema del Sahara Occidental con coherencia, seguirá siendo una corriente submarina que levantara marejadas en nuestras relaciones con el reino alauí.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Las consultas; ¿Tendrán en Cataluña las respuestas acertadas?

Igual que ayer me planteaba la duda de que en el resto de España estemos planteando las preguntas correctas sobre el independentismo de las consultas, hoy me toca fiscalizar la labor de los partidos catalanes. Y en especial, plantearme el impacto que tendrá todo este asunto sobre las próximas elecciones del 2010. Esto de los movimientos populares son muy bonitos, pero aquí alguien tiene que dirigir el huerto. De entrada, todos los pronósticos demoscópicos apuntan a que el tripartito no sumará, pero es demasiado pronto para hablar. Analicemos algunas cuestiones.

En primer lugar, y esto no se sabe en algunos lugares de España, ERC ha sufrido recientemente una escisión de su ala más soberanista en la figura del exconseller Carretero bajo las siglas de “Reagrupament”. Esta nueva formación, donde puede que termine aterrizando el oportunista Laporta, no ha tenido un papel en las consultas más allá de sumarse con entusiasmo. No ha ido, en este sentido, menos a remolque que la propia ERC, que se enfrenta a una muy previsible hecatombe electoral (su errática política con el Estatut y su apoyo al tripartito ha erosionado a sus bases). Por lo tanto, es posible que Reagrupament entre en el Parlament. Esto hará que, aunque no se convierta en bisagra, incida de manera importante en la vida política. E, incluso, para rizar más el rizo, algunos promotores de la consulta de Arenys de Munt proponen un partido propio para promover un referéndum a nivel catalán.

Pero mientras unos entran, otros podrían salir. La formación neo-centralista de Ciutadans, minada por sus propias divisiones internas en el grupo parlamentario, podría perder su representación. La abstención que les hizo entrar podría también hacerles salir. Quizás su única esperanza sea una coalición estratégica con UPyD, que intentará implantarse en Cataluña. Sin embargo, habrá importantes restricciones para esta unión. Organizativas, porque Ciutadans es un partido de base, pero UPyD es un partido dirigido desde arriba. Y más aún, UPyD tiene un discurso “nacionalista madrileño” muy antipático de importar a un territorio con tanta tradición de auto-gobierno. ¿Y que pasará con Monserrat Nebrera, esa política de raza que casi llega a presidenta del PP catalán y hoy, ya fuera del escenario, amenaza con un nuevo partido? ¿Se atreverá a concursar e intentar comerle espacio al PP desde la moderación que, hoy por hoy, es colindante con Unió (Durán Lleida, más conservadora) antes que con Convergencia Democrática (Artur más, más nacionalista)?

Y en este trance, tenemos cambio de cabezas de cartel. Puigcercós ha desplazado finalmente a Carod, Piqué (que bueno era el tío) es reemplazado por la gris Camacho y Saura (el poco afortunado Conseller de Interior, que pega a sus votantes en las manifestaciones) se va a favor de Herrera. Solo los dos grandes no hacen mudanza, pero está por ver como reacciona CiU ante el electorado soberanista (que intentará captar) y el PSC para hacer malabarismos entre la moderación, el catalanismo y la izquierda. Y eso sin que los recientes casos de corrupción salpiquen demasiado...

En suma, parece que se cumple la terrible maldición china de “Ojala te toque vivir tiempos interesantes”. Creo que no es desmesurado decir que las próximas elecciones serán de cambio aunque nadie podría predecir a ciencia cierta de en que dirección. Pero parece claro que los tiempos del oasis catalán han llegado a su final. Y me atrevería a decir más, parece que los propios catalanes están un poco a contrapié desde el final del pujolismo y no saben muy bien hacia donde tirar. ¿Quizás el propio Estatut era prematuro? En todo caso, esa decisión nació aquí, y en las próximas elecciones se cortará el nudo gordiano. Y aun así, nadie me puede negar que el panorama es, como poco, esquizofrénico.

martes, 15 de diciembre de 2009

Las consultas; ¿Nos hacemos en España las preguntas adecuadas?

La falta de tiempo me ha impedido hacer ningún comentario sobre las consultas soberanistas que tuvieron lugar el pasado domingo 13. Como la mayoría ya estáis enterados a través de los medios de comunicación sólo haré algunas aclaraciones. Primero, son consultas que nacen de la sociedad civil; no han venido promovidas por ningún partido sino por una amalgama de organizaciones cívicas. Y segundo, no son en ningún caso ilegales, ya que no utilizan infraestructuras municipales, colegios electorales… por más que requirieran autorización por los plenos municipales.

Más que centrarme en los análisis que se hacen desde aquí, me interesa mucho más la reacción que se ha tenido en el resto de España. Como es sabido, la participación total es de algo menos de un 30%. De manera inmediata, la prensa estatal se ha dedicado a proclamar el fracaso de tales consultas, argumentando que ha sido tremendamente baja. Sin embargo, este es un análisis terriblemente miope. En primer lugar, el censo de votantes para estas consultas partía de los 16 años y gente de origen inmigrante con tal de que estuviera empadronada. Como es sabido, la gente joven vota poquísimo (y más a esa edad) con lo que la participación total ha bajado considerablemente. Si se asumiera el mismo censo que en una elección ordinaria, probablemente la participación hubiera quedado unos 5 puntos arriba, cerca de las elecciones europeas en Cataluña (37,5%). Algo muy a considerar habida cuenta de los escasos medios de estas plataformas respecto de una campaña ordinaria. En segundo lugar, estas consultas han generado gran propaganda internacional del independentismo catalán. Observadores de otras naciones minoritarias como Quebec, Flandes, Escocia… además de mucha prensa de diarios franceses, ingleses o italianos.

Por lo tanto, de manera global (y aunque los promotores ahora se tiren los trastos a la cabeza entre ellos), las consultas pueden calificarse de éxito. Y frente a la lectura de la caverna mediática y neo-centralista de “Con sólo un 30% de participación esto de la independencia no interesa a nadie” yo me pregunto “¿Qué estamos haciendo mal para que hoy haya en Cataluña un 30% de independentistas, cantidad en aumento los últimos años?”. Es evidente que de los polvos del Estatut vienen los lodos que tenemos hoy en día. Todo comenzó con un Estatut tácticamente gestado en Cataluña, fatalmente lidiado por el Gobierno, repugnantemente utilizado por el PP, rebajado y cepillado por CiU antes que por Guerra y ahora, a la espera de ser recortado por un Tribunal Constitucional desprestigiado, politizado y en funciones. De modo que la jugada ha salido redonda. Por el mismo precio nos hemos cargado una de las pocas instituciones con prestigio e independencia (El TC), hemos erosionado las bases del Estado Autonómico al empezar la casa por el tejado (lo lógico es primero reforma constitucional y luego autonómica) e insuflado de fuerza al independentismo (por culpa de la caverna mediática neo-centralista y del propio PP, irresponsable y cicatero).

Quizás sea hora de empezar a madurar un poco la cuestión territorial buscando soluciones de compromiso, probablemente, a través de un estado de verdad federal. Y aquí el primer paso lo tiene que dar el resto de España, aprendiendo a encajar de una vez que vivimos en un estado donde la gente no se siente de la misma nación. Si queremos vivir también con ellos, debemos aprender a comprendernos. Esa “España plural” que pasa no por la mera retórica, si no por cuestiones más prosaicas como la reforma del Senado o el federalismo fiscal. Pero, sinceramente, cada vez soy menos optimista. Y aunque Sotelo dijo aquello de “Antes roja que rota” yo la prefiero antes rota que, como a algunos les gustaría, mandando a Espartero a bombardear Barcelona.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Asuntos Exteriores

Recientemente, además de los problemas internos del país, han surgido complicaciones en política exterior. Desde que se consiguiera el éxito de nuestra representación transitoria en el G-22 (que, sinceramente, no creía posible) y recompusiéramos relaciones con EEUU (bajo la consigna de Zapatero a Obama lo que Aznar a Bush), han estallado tres crisis a pocos meses de la presidencia europea de España. Estas han sido el secuestro del Alakrana, el bloqueo de la activista Haidar en Canarias y el secuestro ahora de los cooperantes humanitarios en Mauritania. Y justo en el marco de la retirada de Solana como Mr. PESC y la entrada de la baronesa Ashton.

Tengo que reconocer en política exterior, la gestión del gobierno presenta claros y oscuros. Donde apoyo una política prudente con Cuba, la normalización de relaciones con Marruecos o la política de cooperación y desarrollo en África, repruebo algunos acercamientos innecesarios al chavismo o los bandazos con la política de defensa (salida de Irak o Kosovo, por ejemplo). Pues bien, justamente tenemos que estas crisis se vinculan con algunos de los activos del gobierno en materia exterior: el continente africano. Empecemos por el tema de los secuestros. En el caso del Alakrana está claro que el balance es positivo en la medida en que se ha logrado rescatar con vida a los tripulantes, y eso es incuestionable. Ahora bien, es evidente que ha habido errores de los que conviene aprender. Ha habido errores de coordinación entre los ministerios, además de intentar aplicar la jurisdicción de la Audiencia Nacional a este caso (lo que todavía ha complicado más la gestión de la liberación). Ha habido errores de comunicación, con las críticas de familiares y partidos políticos a la gestión del gobierno, lo que ha debilitado su poder de negociación durante la crisis. Y, evidentemente, de seguridad, tanto que el pesquero estuviera fuera del área de seguridad como que escaparan los secuestradores impunemente.

Ahora, el secuestro de los cooperantes en Mauritania es un nuevo desafío, ya que parece confirmado que es Al-Queda quien está detrás. Este hecho probablemente complicará mucho más las gestiones, ya que las demandas serán inasumibles (Desde ceder Al-Andalus hasta salir de Afganistan). Y evidentemente, una cosa es pagar un rescate pero otra cambiar una política en función de terroristas. De momento, Cospedal ha dicho que la errática política del gobierno convierte a España en un país que parece débil frente a los terroristas, una víctima fácil del chantaje. Es evidente que no son declaraciones ni oportunas ni leales dada la situación ya que el ataque de los terroristas siempre será contra el eslabón más débil. Y este es, sin duda, España. Ignoro de qué manera se demostraría fortaleza al terrorismo yihadista internacional; ¿Volviendo a Irak? Me parece que siempre habrá una excusa para una acción terrorista…

Diferente es el asunto de la activista saharaui, porque pone en contradicción la real-politik de los últimos años frente a Marruecos. Las relaciones con nuestro vecino meridional siempre han sido especialmente complicadas por las demandas cruzadas que tenemos. Ellos reclaman Ceuta y Melilla. Por el contrario, nosotros tenemos un compromiso adquirido con el Sahara Occidental. Hoy por hoy, nos movemos en la ambigüedad calculada entre promover un referéndum de auto-determinación acorde a las disposiciones de Naciones Unidas y la soberanía reclamada por el reino alauí. Y era de esperar que en cualquier momento estas corrientes de fondo erosionaran las relaciones mutuas. Aunque el interés invita a una buena relación con Marruecos, no es menos cierto que la tensión es inevitable. El caso de Haidar pone de relieve lo trágico de la contradicción para España; reconozca un Sahara independiente o la soberanía marroquí, acabará perdiendo.

Vista estas situaciones y unida a la presidencia rotatoria de España en la UE, los temas de política exterior van a ser muy importantes durante el próximo semestre. En breve podremos tener un balance de la gestión exterior del gobierno.

domingo, 6 de diciembre de 2009

Dilemas escatológicos

Mi despacho está al lado de los baños de esta ala de la universidad, que a su vez lindan con Secretaría Académica. Así pues, tengo a un tiro de piedra los dos destinos más comunes de cualquier miembro del departamento de ciencia política. Por supuesto, a veces uno no sabe exactamente donde hace más papeleo y donde hace más… Los baños son sólo de hombres y de minusválidos así que las escasas féminas del departamento tienden a entrar en el último, siempre infrautilizado. En esta entrada quiero hablaros de un interesante dilema de poder que se crea cuando uno va a la baño de la universidad.

Este baño tiene su correspondiente espejo, su lavabo y su secador de manos, una fuente de agua fresca (en una especie de surtidor plateado), sus cuatro urinarios de pie y dos váteres cerrados. Siempre, por sistema, uno de los váteres está estropeado. Así pues, supongamos que un estudiante de doctorando tiene ganas de hacer una necesidad, digamos, rápida. El estudiante se enfrenta a un dilema estratégico. En estos aseos puede entrar en cualquier momento un catedrático, profesor o incluso (¡Horror!) su propio director de tesis. Como se sabe, los urinarios de pie generan en ocasiones momentos incómodos. No en mi caso, pero es sabido que algunas personas necesitan cierta intimidad para su deposiciones. De hecho, como demuestra la experiencia, dos hombres en urinarios de pie tenderán a dejar un espacio entre ellos, de modo que se llenarán de manera alternativa hasta que los impares estén en ocupados, pasando subsiguientes usuarios a llenar los pares. Así, el estudiante se encuentra con que puede haber urinarios en uso o no. Se suele dar que si un catedrático está usando un urinario de pie, los estudiantes irán directamente a los baños cerrados. Si están vacíos, ejecutarán la micción con tranquilidad. Pero como suele haber uno roto, y quizás alguien se haya adelantado, el estudiante preferirá ir a dar una vuelta prudencial o beber de la fuente para ganar tiempo a favor de la próstata del eminente profesor.

Pero claro, el pobre estudiante no juega en el vacío. ¡Cuantas incómodas situaciones se generan cuando hablamos de deposiciones de mayor calado! Quizás la peor situación de todas sea ver como un profesor entra en el lavabo cerrado y escuchas la monocorde sinfonía del desfilar de sus excrementos. Pero no es la única situación, pues las largas noches de invierno que el estudiante malgasta en su despacho pueden conducir a que sea él quien requiera de obrar en sentido semejante. Cuando está dentro, puede darse que alguien ya esté distraído en sus propios menesteres o que alguien entre para hacer una parca micción. Entonces comienza el juego por el cual el estudiante debe ser cuidadoso en el manejo de los tiempos. Obrar de tal manera que o bien el usuario de la cabina contigua termine antes o después y nunca se vean las caras; o bien esperar a que termine el invitado de orinar y entonces hacer uso desenvuelto del aseo. Afortunadamente, existe entre los usuarios de los baños cerrados el código no escrito de evitar mirar a la cara a quien has escuchado en sus más íntimas tareas. Así de curiosos son las reglas no escritas de un aseo en el departamento. Sé que no es un tema que suscite grandes apasionamientos, pero son cosas de la vida misma. Ahora imaginaros que puente estoy pasando…