miércoles, 17 de septiembre de 2008

Micro-economía y ahorro.

“Piensa globalmente, actúa localmente”. Así me decía un viejo profesor de economía del instituto cuando salía el tema del medio ambiente y los recursos escasos. Como ahora toca apretarse el cinturón, creo que podría ser interesante pararnos a reflexionar sobre como podemos contribuir a reducir nuestro consumo. Desde luego, los estudiantes somos los que menos vamos a sentir la crisis (casi todos mantenidos), pero creo que es un imperativo moral intentar aliviar la carga económica que le suponemos a nuestra familia. Y si nos costeamos los estudios, que menos que ahorrar un poco. Pensemos por un momento los escenarios en los que nos movemos…

En el hogar (sea piso/ residencia) hay maneras de ahorrar tan sólo siendo un poco cuidadosos con algunas cuestiones. Por ejemplo, estar mucho más atento con las luces encendidas o con los grifos que gotean. Es un buen medio para redondear las facturas y, de paso, colaborar con el medio ambiente. Hay que aprovechar bien las horas de sol y hacer duchas más fugaces. Respecto a los aparatos electrónicos, muchas veces tenemos varios encendidos a la vez sin necesidad. Nos ponemos a trabajar con el ordenador, pero dejamos de fondo la televisión o la radio. Lo lógico sería dejar encendido solamente el que utilizamos; más aún si se puede poner música o radio desde el ordenador. Un sólo aparato consume menos electricidad. Además de acostumbrarnos a apagar totalmente el televisor (porque dejarlo con la luz roja implica electricidad que se desperdicia).

En la cocina, es bueno aprovechar el “calor residual”. Es decir, que apaguemos el fogón antes de que la comida esté lista, porque éste sigue caliente y permite continuar cocinando sin problemas algunos minutos. De la misma manera, hay que intentar reciclar el aceite, sobretodo el de freír, para no estar consumiéndolo de manera inútil. Recordad que tirarlo por el fregadero contamina mucho. En el supermercado también tenemos una oportunidad de oro para ahorrar algunos euros. En primer lugar, hay que pasarse a las “marcas blancas”. Son de la misma calidad (en algunos casos, casi superior) pero con una diferencia de entre uno y tres euros menos que las de marca. Y marca blanca hay en todos los productos, desde limpieza hasta alimentación. Entiendo que se pueden hacer algunas excepciones (hombre, tampoco voy a hacerme fan de la “Coca-trola”) pero con un poco más de atención en la compra se puede ahorrar a base de bien. De la misma manera, hay que dejar espacio a la imaginación. Uno no necesita comprarse bolsas de basura si puede reutilizar las del Mercadona a tal fin. Y no hay que ser perezoso. Llevarse un bocata/ tapper hecho de casa te puede salvar el día.

En nuestras actividades de ocio es donde tenemos un margen mayor y que repercute más sobre nuestro presupuesto (dura vida estudiantil, ya sabéis). Y no es necesario hacerse ermitaño para ahorra, sino sólo cambiar algunos hábitos y racionalizar el gasto. Por ejemplo, en el cine. Se puede ir con frecuencia, pero con cabeza. Es decir, evitando ir en fin de semana y procurando ir el día del espectador. Esperar unos días a que el descuento esté en vigor no supone tanto sacrificio. Por ejemplo, en las noches. Estamos de acuerdo en que hacer “botellón” es la manera más apropiada de ahorrar (te compras la bebida y la consumes en casa antes de salir). Pero con frecuencia nos encontramos que se alarga la noche, nos cierra el metro y terminamos cogiendo taxi. ¿Por qué, en vez de hacer esto, no se cena a un horario más continental? Si se cena a las 8 y media, desde las nueve y media hasta las doce hay margen de sobra para tomar unas copas y luego coger el metro. Y aunque se sea mucha gente y el ahorro por cabeza sea menor, ahorrarse un par de euros cada noche por simplemente cenar un poco antes no creo que sea algo descabellado. Porque grano no hace granero pero…

En fin. Creo que esta “psicosis” de la crisis económica puede ser un buen momento para que nos replanteemos algunos hábitos de consumo y los reorientemos. ¿Tienes ideas sobre cómo ahorrar? ¿Se te ocurren otras propuestas? Ahorrando un poco más de dinero, se puede aliviar nuestra cuenta del banco y hacer que haya margen para más cosas. No es tiempo para ser avaro, pero sí para darle al dinero el valor que tiene.

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