martes, 11 de noviembre de 2008

UPyD y cia.

Últimamente se ha planteado en algunos de los blogs amigos (véase el interesante debate de becario en Moncloa) que UPyD puede obtener muy buenos resultados en las elecciones europeas. Las principales razones que se argumentan son que la joven formación capitaneada por Rosa Díez podría capitalizar el descontento hacia Zapatero. Ya que las elecciones europeas son de “segundo orden”, menos importantes, los votantes castigarían al gobierno por la gestión de la crisis y serían premiados por los descontentos del ala dura del Partido Popular. Así, se convertiría en la tercera fuerza en a nivel español aupada por la notable popularidad de su líder (casi tan valorada como el Presidente del Gobierno). El fenómeno de UpyD y en menor extensión, Ciutadans, sólo ahora comienza a estudiarse.

La literatura de sistemas electorales establece que un partido político con vocación de representación surge de la interacción entre un nuevo fenómeno de conflicto social (no representado) y la permisividad del sistema electoral. Es necesario que haya la activación de algún issue para que unas elites emprendedoras decidan tomar la iniciativa y formar un grupo político. Nadie formaría un partido (en una democracia consolidada) si considera que no tiene un sector social a representar. Pero la viabilidad del mismo dependerá de que no haya barreras electorales lo suficientemente intensas para impedir que obtengan representación. Por lo tanto, que no haya una barrera electoral (un mínimo de votos a superar para optar a escaño) o que la magnitud del distrito sea grande (porque si hay pocos escaños en juego, casi seguro se lo llevan los partidos grandes). Mi hipótesis es que UPyD y Ciudadanos surgen como respuesta a un estímulo común: la activación del conflicto centro-periferia. En la medida en que este tema ha ocupado el centro del debate político, estos partidos se han alineado con una posición más militantemente centralista (españolista en el caso de Ciudadanos) que los partidos mayoritarios preexistentes.

Pero ¿Acaso no se ha hablado de nacionalismo toda la vida en España? ¿Por qué aparecen ahora y no antes? Para el caso de UpyD lo tengo claro. En la medida en que el gobierno estatal ha estado en minoría, y por lo tanto sometido a gobernar merced del nacionalismo, ha surgido un partido con un programa centrado principalmente en el tema territorial (aunque del otro lado por entendernos). Eso no ocurrió durante las minorías de González o Aznar bien porque otros issues fueron movilizados, como la corrupción o el GAL o bien porque al gobernar el PP, se aparcaron los tics que surgieron en la segunda legislatura. Pero con Zapatero, al centrarse la legislatura de manera tan importante en temas territoriales se ha encontrado el nicho electoral. Si nos fijamos en Cataluña, con Ciutadans, es desde los “tripartitos” que se plantea el tema territorial como prioritario (ahora menos) desaparecida la “mayoría benévola” del nacionalismo conservador. Además, un estudio sobre las elecciones catalanas (publicado en inglés, no tan curiosamente) muestra que hay asociación entre los distritos en los que Ciutadans consigue más votos y aquellos dónde hay más voto en blanco y nulo. El Estatut y el cansancio que trajo explican en parte esto, pero no me cabe duda de que si lo comprobásemos para UPyD, la tendencia no sería muy diferente.

Sobre la barrera electoral, Ciutadans tiene su ámbito en Cataluña, así que la baja participación de las últimas elecciones le ayudó mucho. Por su parte, UPyD hizo un gran trabajo (con el apoyo de algunos medios de comunicación) hasta el punto de colocarse en la cuarta posición en votos. Pero UpyD está beneficiada por tener sus principales nichos electorales en distritos grandes (Madrid, Valencia) donde la proporcionalidad es mayor, y se asegura una representación mínima. Si con la elevada competitividad que hubo en las pasadas elecciones entre PP y PSOE logró obtener escaño, estoy convencido de que en las próximas elecciones aumentará su representación. Los votantes de UPyD, por recuerdo de voto, fueron 2/3 de origen popular y 1/3 de origen socialista aproximadamente. Así que quizás termine dañando al PP en algunos de sus feudos tradicionales. Y más si la caverna mediática sigue atacando al actual liderazgo conservador. De un modo u otro, UPyD y Ciutadans no es para nada un fenómeno transitorio. Que quede bien claro: han venido para quedarse.

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