martes, 13 de mayo de 2008

En España no sabemos inglés

En mi experiencia personal en el master que estoy cursando me he dado cuenta de que los españoles tenemos un serio problema: no sabemos inglés. Y no es que esté hablando de la generación de nuestros padres, que aún podría ser disculpable. Hablo de que muchos de los jóvenes de mi edad (yo incluido) no sabemos inglés al nivel que sería deseable. Por el contrario, estudiantes de cualquier otro país del mundo tienen un domino muy superior al nuestro. Hoy, en el diario “20 minutos” había un titular diciendo que el 56% de los españoles estamos dispuestos a trabajar e otro país. Y que, sin embargo, el desconocimiento del idioma es el principal freno que tenemos. ¿Quién es el responsable?

Bueno, creo que podemos encontrar varios. Por una parte, el sistema educativo que presenta una gran disparidad en la calidad y el nivel de exigencia de inglés durante secundaria y bachillerato. Esto genera que las clases de refuerzo en una academia privada sea obligada para una gran cantidad de estudiantes. En vez de que el sistema educativo se pare a reflexionar las razones de tal fracaso, deslocaliza el problema en las familias. Con el sobrecoste, por cierto, que les genera. Porque estos cursos no son precisamente baratos. Otro ejemplo es el caso de los viajes a hacer cursos de veranos a países anglófonos. Lo cierto es que son caros (aunque una experiencia muy realizadora) y tan sólo se los pueden permitir familias de clases medias y acomodadas. Sólo recientemente se han puesto en marcha becas para promover viajes al extranjero de los hijos de familias con rentas bajas. Por lo tanto, el conocimiento del inglés se estratifica por la incapacidad del sistema educativo y el Estado de proveerlo con la intensidad o calidad requeridas. Sin ir en menoscabo de los profesores de inglés de escuela, que bastante esfuerzo hacen los pobres con los pocos recursos que tienen…

Pero esto se complementa con una cultura poco abierta al bilingüismo y el uso del inglés en los medios públicos. Mientras que en otros países no se doblan películas del inglés sino que se subtitulan, aquí lo doblamos todo. Si la televisión es el medio de comunicación rey ¿Acaso el mantener las películas en versión original no nos ayudaría a acostumbrarnos al idioma desde bien pequeños? No es ya sólo por la estética de la versión original (donde los matices son mucho más ricos) sino que sería un buen instrumento para saber más inglés. Me imagino que hoy en día sería algo muy arriesgado por parte de las cadenas hacer tal cosa, pero si la Televisión Pública no se rige por estándares de mercado (no debería): ¿Por qué no reservar cuotas de pantalla para versión original cada vez más amplias?

Nuestro país por tradición ha estado cerrado en sí mismo, sin abrirse al exterior. Hoy día, no saber inglés es una penalización muy grave para el mundo académico y el mercado laboral. Casi resulta inadmisible. Pero lo cierto es que la estratificación tradicional de clase se correlaciona intensamente con los niveles de conocimiento de inglés. Los hijos de rentas más bajas, que han ido a colegios con más alumnos por clase, más alumnos problemáticos… tienen un rendimiento peor en inglés. Y cómo no disponen del colchón de seguridad de las clases privadas o de la salida al extranjero, salen del instituto sin saber inglés. Con esto, un nuevo elemento de bloqueo impide la movilidad social de los menos favorecidos por el azar biológico. Pero incluso muchos hijos de clase media tienen poco conocimiento de inglés. Si los poderes públicos no meten mano en esta cuestión con políticas educativas bien dotadas de medios y con apoyo institucional al uso del inglés, mucho me temo que gran parte de nuestro capital humano sufrirá las consecuencias. Y todos pagaremos por sus errores.

3 comentarios:

Bark dijo...

Estoy de acuerdo en que dejar las películas y las series en versión original nos ayudaría, a aprender más inglés pero, ¿te has parado a pensar la cantidad de gente que se dedica al doblaje? Ya no lo digo por el hecho del desempleo que pudiera suponer puesto que si se empieza a emitir en V.O. cada vez habría menos gente que aprendiese el oficio y no tendría por qué pasar nada.

Doblar las películas y las series es algo que se nos da muy bien y tenemos gente muy buena trabajando en ello. Yo personalmente lo veo todo un arte que se acabaría perdiendo.

No sé cuál es la solución pero creo que se debería encontrar una que no acabase con el bonito arte del doblaje.

Anónimo dijo...

En realidad eso no es así. Es cierto que tenemos un doblaje muy bueno, de los mejores del mundo; también es cierto que llevamos años trabajando en ello, de hecho a raíz de una ley promulgada por Franco en el 41 basándose en la "Ley de idioma" de Mussolini.

Pero son pocos los privilegiados que se dedican a ello de forma profesional (simplemente fijaros que la voz de Brad Pitt, Leonardo DiCaprio y "Joey" en Friends es la misma). Además, en nuestra país encontramos cada vez más la tendencia de que actores, normalmente de la tele, con cierta notoriedad en el momento, se dediquen al doblaje, en lugar de dejar este terreno a profesionales del sector. Me refiero a gente tipo Dani Martín, Carolina Cerezuela o Eduardo Casanova ("Aída).

Con esto me gustaría romper un poquito con los tópicos injustificados sobre el doblaje, que sin lugar a dudas, desde el punto de vista cinematográfico es una pérdida de matices enorme. Y luego, respecto al tema aquí planteado del inglés, es obvio que ayudaría muchísimo, y sino solo veamos a nuestros vecinos portugueses, de los que nos solemos pavonear como superiores, que nos pegan una paliza en los idiomas y no doblan ni los dibujos de la tele.

Un saludo.

Kanciller dijo...

Bueno, lo cierto es que en mi discusión mezclo dos elementos que pueden diferenciarse si quereis. Uno son las deficiencias del sistema educativo a la hora de dar inglés (con la que creo que estareis de acuerdo) y la otra es la del doblaje de películas al castellano.

Sobre esta última cuestión, es evidente que nos ayudaría a aprender inglés. No creo que reservar cuotas de pantalla a V.O. pueda suponer una amenaza seria pra la industria de doblaje. Sobretodo porque la mayoría de la gente va a ver películas dobladas al cine y porque supone también un elemento de política cultural para reforzar la lengua castellana. Ningún país abandonaría tal instrumento.