lunes, 19 de enero de 2009

Oriente Medio

En el caso de Oriente Medio, sobre el que han corrido ríos de tinta y sangre estas semanas, corremos el riesgo de perder la perspectiva. El que veamos la clara desproporción de medios entre Hamas (una organización terrorista) e Israel (un estado que practica el terrorismo) puede hacernos caer del lado de los primeros, lo que es un claro error. Los únicos a favor de los que debemos abogar es de los civiles que son utilizados como escudos por los terroristas y que son asesinados por Israel. La realidad, me temo, es compleja. Por eso propongo que levantemos un momento la vista para tener una perspectiva global de la región que nos ayude a entender lo que pasa.

La dinámica interna en los países musulmanes es una bomba de relojería enormemente peligrosa y muy difícil de desactivar. Los estados musulmanes se caracterizan por ser dictaduras autoritarias y/ o teocráticas salvando la excepción de Turquía. Estados que niegan libertades y derechos fundamentales pero que son tolerados por Occidente mientras el bombeo del petróleo continúe (¿La especia debe fluir?). Esta situación se combina con el auge de un fundamentalismo islámico. Una ideología muy sugerente que propone la Yihad contra los cruzados pero que también combate al régimen ateo que los gobierna. Y si prende tanto es porque, bien financiado desde determinados países (Irán o Arabia Saudita) pueden ofrecer cobertura sanitaria, asistencial, educativa... a ciudadanos que no esperan nada de la corruptos sátrapas que los gobiernan. Ante una vida sin futuro, el fundamentalismo ofrece una alternativa que garantiza la subsistencia de tu familia (los pariente de los mártires están cubiertos de por vida). De esta mezcla entre recompensas terrenas y ultraterrenas es de donde crecen de manera imparable los Hermanos Musulmanes en Egipto, Hamas en Palestina, Hezbolá en Líbano...

En Occidente nos preocupamos (con razón) de cuando nos ponen una bomba en Atocha. Pero no nos damos cuenta de que los primeros a los que asesinan los fundamentalistas es a los moderados de sus países. La gente laica, la oposición democrática... son fagocitadas o asesinadas por el islamismo militante ante nuestra pasividad. Precisamente nosotros somos muy responsables de su auge no sólo por no defender a estas personas sino por apoyar a los regímenes dictatoriales o incluso haber financiado directamente a estos hoy enemigos. A los talibanes los apoyó EEUU en la lucha contra la URSS y a Hamás, Israel para debilitar a OLP de Arafat. Como se puede ver, los entresijos de la política internacional tiene mucho de doble rasero. Por lo referente al caso concreto de Hamas, no debemos olvidar que ha estado en guerra civil contra Al Fatah (los moderados pero corruptos seguidores de Abbas) casi desde después de que ganara las elecciones en la franja de Gaza. Hasta tal punto que son casi como un estado independiente.

Por lo tocante a Israel, ese país impostado en medio de Tierra Santa, vemos que la salida negociada es algo que no contempla. Antes de que tome posesión Obama, han aprovechado para dar un golpe contra Hamas. Con ello tratan de impedir que esos terroristas les sigan bombardeando con cohetes desde Gaza. Para responder a las 8 muertes por lanzamiento de cohetes que llevan los últimos tres años, Israel deja un reguero de más de 1500 muertos (que sepamos). Claro que se indignan cuando hablamos de que es una desproporción. Ni siquiera han reparado en evitar muertes civiles. Los escudos humanos son una pobre defensa para Hamas, porque Israel no se detiene ante ello. ¿De verdad se combate el terrorismo a bombazos? ¿De verdad esta ofensiva nos acerca más hacia la paz y la creación de dos estados independientes? ¿O no tendrá más que ver con las inminentes elecciones en las que el ultra-nacionalista Likud parece que va a arrasar? Desde luego, esta guerra ha fabricado más islamistas radicales, ha puesto más complicada la situación de los moderados en Palestina y aleja más las posibilidades de la paz. Aunque algunos países del entorno no les parezca mal dañar las infraestructuras de Hamas. De boquilla lo condenan, en realidad se alegran ya que evita que se socave su poder. Hoy parece que la alternativa en Oriente Medio es un estado dictatorial o uno teocrático. Mientras, Israel echa gasolina al fuego. Y de paso, mata a cientos de inocentes. Nunca el panorama fue tan desolador.

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