martes, 15 de diciembre de 2009

Las consultas; ¿Nos hacemos en España las preguntas adecuadas?

La falta de tiempo me ha impedido hacer ningún comentario sobre las consultas soberanistas que tuvieron lugar el pasado domingo 13. Como la mayoría ya estáis enterados a través de los medios de comunicación sólo haré algunas aclaraciones. Primero, son consultas que nacen de la sociedad civil; no han venido promovidas por ningún partido sino por una amalgama de organizaciones cívicas. Y segundo, no son en ningún caso ilegales, ya que no utilizan infraestructuras municipales, colegios electorales… por más que requirieran autorización por los plenos municipales.

Más que centrarme en los análisis que se hacen desde aquí, me interesa mucho más la reacción que se ha tenido en el resto de España. Como es sabido, la participación total es de algo menos de un 30%. De manera inmediata, la prensa estatal se ha dedicado a proclamar el fracaso de tales consultas, argumentando que ha sido tremendamente baja. Sin embargo, este es un análisis terriblemente miope. En primer lugar, el censo de votantes para estas consultas partía de los 16 años y gente de origen inmigrante con tal de que estuviera empadronada. Como es sabido, la gente joven vota poquísimo (y más a esa edad) con lo que la participación total ha bajado considerablemente. Si se asumiera el mismo censo que en una elección ordinaria, probablemente la participación hubiera quedado unos 5 puntos arriba, cerca de las elecciones europeas en Cataluña (37,5%). Algo muy a considerar habida cuenta de los escasos medios de estas plataformas respecto de una campaña ordinaria. En segundo lugar, estas consultas han generado gran propaganda internacional del independentismo catalán. Observadores de otras naciones minoritarias como Quebec, Flandes, Escocia… además de mucha prensa de diarios franceses, ingleses o italianos.

Por lo tanto, de manera global (y aunque los promotores ahora se tiren los trastos a la cabeza entre ellos), las consultas pueden calificarse de éxito. Y frente a la lectura de la caverna mediática y neo-centralista de “Con sólo un 30% de participación esto de la independencia no interesa a nadie” yo me pregunto “¿Qué estamos haciendo mal para que hoy haya en Cataluña un 30% de independentistas, cantidad en aumento los últimos años?”. Es evidente que de los polvos del Estatut vienen los lodos que tenemos hoy en día. Todo comenzó con un Estatut tácticamente gestado en Cataluña, fatalmente lidiado por el Gobierno, repugnantemente utilizado por el PP, rebajado y cepillado por CiU antes que por Guerra y ahora, a la espera de ser recortado por un Tribunal Constitucional desprestigiado, politizado y en funciones. De modo que la jugada ha salido redonda. Por el mismo precio nos hemos cargado una de las pocas instituciones con prestigio e independencia (El TC), hemos erosionado las bases del Estado Autonómico al empezar la casa por el tejado (lo lógico es primero reforma constitucional y luego autonómica) e insuflado de fuerza al independentismo (por culpa de la caverna mediática neo-centralista y del propio PP, irresponsable y cicatero).

Quizás sea hora de empezar a madurar un poco la cuestión territorial buscando soluciones de compromiso, probablemente, a través de un estado de verdad federal. Y aquí el primer paso lo tiene que dar el resto de España, aprendiendo a encajar de una vez que vivimos en un estado donde la gente no se siente de la misma nación. Si queremos vivir también con ellos, debemos aprender a comprendernos. Esa “España plural” que pasa no por la mera retórica, si no por cuestiones más prosaicas como la reforma del Senado o el federalismo fiscal. Pero, sinceramente, cada vez soy menos optimista. Y aunque Sotelo dijo aquello de “Antes roja que rota” yo la prefiero antes rota que, como a algunos les gustaría, mandando a Espartero a bombardear Barcelona.

2 comentarios:

Marc Guinjoan dijo...

Pablo Simón, un verdadero federalista en España ;). Cada día quedan menos, se esconden ahora ya hasta entre las filas de IU... el otro día oía a Cayo Lara y su discurso no era lo que podamos decir muy "abierto".
Bueno, ya sabes, siempre nos quedará el PSC. Hasta que se harten. O no...

Kanciller dijo...

No creo que sea tan difícil tomarse la autonomía en serio, con todo lo que implica. ¿O es que autonomía sí para bajar impuestos pero no para tener reconocimiento de mis símbolos? Y respecto de Cayo Malayo, mejor ni hablar. Que los del PCE hace mucho que han quedado superados por los acontecimientos...