jueves, 1 de abril de 2010

El tercer día

El tercero de nuestros días en Montreal no ha querido ser menos agitado que los dos anteriores, pero bien es cierto que ya nos vamos acostumbrando a los horarios de aquí. El dulce Coco nos ha despertado con sus maullidos a las 6 de la mañana, pero hasta las 7 no nos hemos puesto en marcha. Un café para mí, un Nesquick para Marc y muchas galletas para todos. Empezando el día con energía, comienza la lucha bancaria.

Tras ir al banco que no era y pasearnos un poco Mont-Royal arriba y abajo, hemos llegado a la sucursal apropiada. Allí hemos podido pagar nuestro primer alquiler por al casa. Curioso. Sale más beneficioso en tipo de cambio llevarles euros a ellos y que te los conviertan en dólares canadienses que pedírselo a “La Caixa” en Barcelona. Cumplido nuestro primer objetivo del día, nos hemos propuesto el segundo punto: conseguir medio de transporte para movernos por la ciudad. Tras perdernos varias veces antes de encontrar la tienda, la elegida ha sido una preciosa bicicleta “de course” de segunda mano por apenas 150 dólares, y que se suma a la propia bicicleta de los inquilinos. Aquí las calles son anchas y casi todo es llano, así que será el medio ideal para ir a la universidad y a cualquier sitio de la ciudad. El metro es carillo. Pero a la bicicleta no la teníamos que recoger hasta las 18:00 (junto a la otra, que la hemos llevado a arreglar) así que nos hemos ido a visitar el centro histórico de la ciudad.


Si habéis visto las películas de americanos esta ciudad está muy en la linea. Se aleja de nuestra concepción europea de un cogollo histórico con monumentos. Aquí hay rascacielos inmensos que, en su centro financiero, arañan el cielo. Curiosamente, hay iglesias y catedrales entre los edificios, creando un contraste muy hermoso. Nos bajamos en la estación de metro del Palacio de Congresos. Apenas habíamos dado una vuelta cuando nos encontramos con una manifestación de estudiantes (¡Siempre nos pasa!) que protestaban por la subida de las tasas universitarias y de un impuesto nuevo sobre la sanidad del gobierno estatal. Nos fuimos detrás de ellos un rato, lo que vino bien para ver los principales edificios (varias basílicas; Saint John, Saint Patrick...) y, en especial, muchos edificios imponentes de bancos, entidades financieras y negocios. Cosa curiosa: la policía iba a los lados en bicicleta para acompañar a los manifestantes. Hacia las 13:00 hicimos una parada técnica para comer algo en la típica cafetería de corte americana donde uno espera ver a entrar a los amigos de John Travolta en “Grease”.

Por la tarde ha hecho un calor increíble. Incluso daban ganas de quietarse el jersey. Nos hemos acercado dando una vuelta al mercado Brosecours donde los comerciantes traían mercancías de allende los mares y que está junto a la Notre-Dame de Montreal, que es un calco de la de París, pero más pequeña. El río Sant-Laurent tiene un paseo majo en sus orillas, pero está muy contaminado, lo que es una pena. Después hemos ido hacia China-town lleno de transeúntes asiáticos y comercios especializados en miles de productos orientales. Desde allí hemos ido a la Down-town, que es la zona más comercial. Entre enormes edificios de acero y cristal hemos caminado viendo los escaparates y perdiéndonos entre la multitud. Tras pasear por la calle Sante-Catherine, que es donde están los comercios más impresionantes, hemos ido hacia el norte, hacia la zona del college de Montreal (que es un seminario de curas) y hemos visto por fuera el campus de McGuill, una de las dos universidades anglófonas de Montreal. Mucho verde y estudiante por ahí tirado. Tenía buena pinta.


Como ya eran las seis, nos hemos vuelto para recoger la bicicleta y estamos en casa. Ya hemos cenado, una ensalada (con lechuga, pipas y aceitunas) y lo que nos sobró del macro-chuletón del otro día. Hace 10 grados y Cocó no ha vuelto. Tiene el plato en la terraza con la comida y el agua, por si acaso. Mañana se esperan máximas de 23 grados. Aquí alguien me ha tomado el pelo...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Quiero fotos de Cocó ya!!!!

Marc Guinjoan dijo...

Coco no aparece... lo dejamos salir en y se va. Cuando nos ve se asusta y no vuelve!!! pero bueno, para nosotros mejor: ésta noche el gato ya ha dormido fuera, por lo que nos hemos ahorrado los maullidos! :D

Plopesc dijo...

Geniales las experiencias de los primeros días!!!

Buena suerte y no matéis al gato...