lunes, 16 de junio de 2008

De exámenes otra vez...

Ya han llegado los últimos exámenes del año y ha regresado el overbooking a las salas de estudio de la residencia. Ya estamos otra vez con los nervios. Al menos esta vez ha habido suerte. Otros años teníamos un sol radiante por estas fechas, sin embargo esta vez, aunque hace calor, el tiempo no acompaña tanto. Algo positivo para poder encerrarse en la habitación estudiando. Ya se sabe que deseas la muerte a las parejas felices que ves pasear por el parque desde la ventana de tu ratonera. Con apuntes bailando por todas partes, apilados en montones. Con correos electrónicos con los exámenes del año pasado abarrotando tu cuenta.

Esto no es excusa para que la gente deje de relacionarse dentro de la Residencia. Siempre persiste el momento de la cena y la comida, el café o la merienda, para hacer una pausa. La duración de la pausa es inversamente proporcional al nivel de estrés como directamente es la misma a los días que te faltan para que te pasen por la quilla. Este trimestre no existe una semana libre sin clases para poder estudiar con comodidad. Terminas el viernes y ya estás el lunes a muerte. Y ya se sabe que hay algunas asignaturas que no tiene mucho más que empollar como un loco (un derecho, una historia…) pero hay otras (matemáticas o economía) que más te vale que te salgan los ejercicios. Porque en caso contrario, no te salva ni una velita a San Cucufate. Y por supuesto, que acompañe la suerte en el examen, que también es importante. Que te pongan las preguntas que mejor te sabes, el ejercicio sólo cambiando las cantidades…

Pero no todo es malo. Si lo pensáis, peor estábamos cuando hacíamos selectividad. Ya se que ahora está de moda decir que nadie estudió. Pero bien cierto es que la presión de aquel examen era mucho mayor. Uno se jugaba tener una nota de corte que te permitiera estudiar lo que querías. Ahora uno ya está dentro de la carrera. Y si las cosas van mal, te puedes consagrar a “Septiembre Todopoderoso”, que protege con su gracia a los desamparados. Al menos, unas cuantas convocatorias. Tampoco es plan de abusar. Y aunque es cierto que los exámenes son unas semanas muy odiosas, no es menos cierto que la sensación de alivio con la que te quedas tras pasarlos no tiene precio. Cuando te los has quitado de encima, ligero como una pluma, todo parece sonreírte en la vida. Te tomas unas cervezas en el bar con los compañeros. Te vas a la habitación para echarte una siesta. Te vas al centro de compras. Y, obligado, te preparas para la fiesta de la noche en la que habrás de darlo todo.

Si, ya están de vuelta los exámenes y se acaba el curso. Un año lectivo que se nos ha pasado volando, con un montón de buenos momentos. Pero lo importante que recordéis algo. Estudiar y hacer exámenes es frustrante, laborioso y a veces injusto. Pero todo lo malo nos ayuda a que valoremos lo bueno que tiene la vida. Estudiar es poca cosa para la fiesta que nos espera después…

1 comentario:

Anónimo dijo...

Doncs sí, i n'hi ha que patím tant per una història com per una economia... entre d'altres. (però... què t'explicaré que no sapiguis ja? :S)


Adrià (tot abans d'anar a dormir després d'una dia estudiant RRII...)

PD: No sé què he llegit de correus electrònics amb exàmens anteriors... A veure si ens trobem demà pels passadissos de la resa... :D