jueves, 3 de septiembre de 2009

La Guerra de los Medios

Creo que no ha habido ningún presidente en España durante el periodo democrático que no haya jugado duro con la política de los medios de comunicación. Durante la época de Suárez, se instrumentalizaron los medios públicos, en la de González, esta se complementó con una alianza de hierro con el Grupo PRISA. El desembarco de los populares llegó con el intento de desembarazarse del “polanquismo” y una alianza fallida entre los grupos editoriales de la derecha. Pero si hay una etapa interesante para ver los juegos de poder entre política y medios es la presidencia de Zapatero.

Una de las cosas buenas que ha tenido la llegada de Zapatero a la Moncloa ha sido la des-politización de RTVE. Ningún Presidente se había atrevido a hacerlo, ya que supone perder un puntal mediático importante. Creo que en cierta medida este proceso nace como reacción a la manipulación abusiva que hacía el PP con TVE. La era Urdaci fue una etapa de descrédito sin precedente, avalada incluso con una condena por manipulación de la UE. Hoy resulta difícil acotar un sesgo en TVE a favor o en contra del gobierno, lo que es de agradecer. Más aún, programas como 59 segundos han tendido a potenciar la presencia de diferentes ideologías la parrilla del ente público, por más que el formato deje un poco que desear (parece un “Moros y cristianos” con cronómetro). Esta situación no es extrapolable a los entes de comunicación autonómicos, que presentan un sesgo clarísimo a favor del partido gobernante. Quizás la única excepción sea TV3 en Cataluña, más por la pluralidad dentro del gobierno que por una voluntad de despolitizarla.

Sin embargo, la gestión de Zapatero en comunicación presenta ciertas sombras. La concesión a PRISA y Mediapro de canales en analógico (Cuatro y La Sexta), muy afines al gobierno, es un ejemplo. No es menos cierto que a nivel autonómico las licencias de televisión digital se han dado a grupos amigos (el PP con un descarado trato de favor a VEO de El Mundo, a Popular TV y a Libertad Digital) aunque una falta no excusa otra. En un principio, todo se enmarca dentro de la lógica de favorecer a los medios amigos del poder. Pero lo más interesante es el “fuego amigo” entre los grupos afines a la izquierda. En el pasado ya tuvimos broncas derivadas de los derechos futbolísticos entre PRISA y Mediapro, o si se prefiere, entre una Sexta que emitía los partidos en abierto y un Digital + que alegaba la posesión de los derechos exclusivos de emisión. Y pese a las querellas entrecruzadas, se terminó con una tregua e, incluso, acuciantes rumores de fusión. Pero las espadas vuelven a estar en alto. El permiso de emisión de GOL TV a la Sexta (TDT de pago) en Agosto ha sido un duro golpe a las expectativas de SOGECABLE (que es la filial digital de PRISA, también participada por Telefónica y dueña de Digital +). Los últimos editoriales de Juan Luis Cebrián contra Zapatero han sido de aupa.

Así que tenemos dos dinámicas contrapuestas. La “neutralización” de la televisión pública y la guerra abierta entre los medios afines al gobierno, con la intromisión del mismo como participante activo. Por desgracia, el sistema de medios en España se caracteriza por ser muy plural, si, pero con excesivas connivencias con los poderes públicos. Y aunque creo que uno de los buenos legados de Zapatero es una RTVE equilibrada y neutral, también ha dinamitado el monopolio de la información de izquierdas que tenía el imperio PRISA. Para bien o para mal.

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