jueves, 8 de octubre de 2009

Las mujeres del César

Los niveles de degeneración política que están alcanzando a España estos días podrían ser comparables a los de la primera mitad de la década de los noventa. Una crisis galopante, un clima de depresión general y, lo que es peor, corrupción por todas partes. Decían ayer en un programa que hoy “una ardilla podría viajar de punta a punta de la Península de la cabeza de corrupto en corrupto”. Un panorama desolador, desde luego.

El levantamiento del sumario judicial sobre el caso Gürtel ha puesto en serios apuros a un Partido Popular que promovió, o bien amparó, una masiva operación de financiación ilegal. Quien haya leído el libro de “La corrupción política” de Alejandro Nieto constatará fácilmente que esta operación es de manual. Una tapadera falsa para organizar eventos “Orange Market”, al cargo de “Don Vito” Correa, que lleva una contabilidad B para financiación de las actividades de, por lo menos, el PP de Valencia. El Bigotes, como hombre de confianza encargado de la gestión del dinero ilegal y proveedor de las dádivas y regalos a los cargos públicos pertinentes. El tesorero Bárcenas (sólo cesado, por el momento) como el encargado de blanquear el dinero en la financiación del partido. Camps y Costa, como poco, como los hombres que se dejaron mimar por esta gente, y con los que tuvieron tratos de favor. Y a medida se saca mierda, más gente aparece implicada, como si se tratara de un foco virulento de Gripe A. Tenemos al PP gallego de los tiempos de Fraga, tenemos al yerno de Aznar, el querido Agag… Y sólo por mencionar a algunos de los más conocidos. La grandiosa copla de la boda de “El Escorial”, hoy convertido en panteón de los infames.

Como la mejor defensa es un buen ataque, y eso lo sabe hasta un niño, ahora comienza el ataque. Todo se trataría de una conspiración (mmm, eso me suena) entre Rubalcaba y de la Vega, que utilizan de modo parcial la fiscalía para “destruir” al Partido Popular. Me sorprende que no metan a ETA en la ecuación. Su argumento consta de dos falacias. La primera es que no dimiten porque todo el mundo es inocente hasta que se demuestre lo contrario. De este modo, confunden interesadamente legalidad y moralidad política. (Pues la esposa del César no sólo debe ser fiel, si no también parecerlo). La segunda falacia es que la parcialidad de la fiscalía los hace irresponsables, al ser especialmente castigados por la justicia frente al PSOE. De este modo dicen que como la policía sólo ve unos asesinatos y no otros, no hay asesinato. Como si el que la fiscalía debiera ser independiente excusara todo el entramado de corrupción que tienen. Incluso hace algunas semanas se pasaron cuando dijeron que la policía les espiaba ilegalmente. ¿Cómo se pueden hacer esas acusaciones tan graves sin pruebas? De nuevo, recuerda lo poquito que les importa desprestigiar a las instituciones con tal, ya sea de ganar el poder, o de descargarse de responsabilidades. Por descontado, todo ha quedado en papel mojado. Pero ya se sabe, miente, que algo queda…

Es una lástima que la cúpula del PP se haya comportado con tan poca sensibilidad democrática. En vez de cesar fulminantemente, en vez de tener la oportunidad de sanearse, han decidido seguir la estrategia de resistir. A la espera, claro está, que la corrupción no les pase factura electoral con la crisis económica. Pero que tengan mucho cuidado. El que hayan ganado en Valencia con la que está cayendo es garantía de poca cosa. Porque cuando un juez te mete en la cárcel, lo tienes complicado para volver a presentarse. Y pueden terminar todos siguiendo el mismo camino que hoy ya se vislumbra para Berlusconi, insigne invitado a cierta boda presidencial. Ya lo decía Cicerón, “corruptissima res publica, plurimae ledges”. Veremos.

2 comentarios:

Javier García Ibáñez dijo...

Comparto tu análisis completamente. Es cierto que la izquierda, tradicionalmente, es más sensible al desgaste electoral por asuntos turbios, pero la derecha española está tocada con este asunto.

No son "hilillos" lo que penden del PP, sino que son chorros en forma de corrupción y negocios oscuros. Veremos lo que ocurre, pero este pais necesita una regeneración democrática.

Kanciller dijo...

Desde luego lo de la trama Gürtel es muy grave, pero me preocupa mucho la indiferencia de algunos partidos al respecto. Confundir lo penal con lo moral es hipócrita.

Creo que una reforma de la ley de financiación sería un buen aporte para esa regeneración necesaria. Mayor transparencia, por ejemplo, en las donaciones privadas. Un régimen de incompatibilidades más severo... etc.