viernes, 29 de enero de 2010

Simuladores políticos: "Yo Presidente"

Hace ya tiempo me compré un juego de ordenador llamado “Yo Presidente”. Básicamente consiste en ser el presidente de un país y gobernarlo, con más o menos acierto, para garantizar la reelección. Si uno empieza con España en 2006, será José Flocho, del PSO, que gobierna con mayoría simple. Hay superavit del Estado, la situación económica está boyante y la popularidad del gobierno está en torno al 50%. Hay que ir preparando el terreno para las elecciones y, claro, hay dos estrategias complementarias para crecer en popularidad y garantizarse la cómoda reelección.

La primera consiste en multiplicar el gasto en la lucha anti-terrorista e infiltrar agentes en los grupos terroristas gallegos, vasco, catalán, los yihadistas y las mafias rusa y china (¡madre mía, que de gente!). Cada vez que detienes terroristas, la popularidad del gobierno sube como la espuma. Mano dura. Pero por el otro lado me dedico a políticas de gasto público. Subo el salario mínimo y las pensiones, pongo una subvención al alquiler (¿Os suena?), aumento el salario a los funcionarios y contrato más médicos y maestros. De paso, apruebo una legislación para separar la Iglesia y el Estado y para despolitizar la fiscalía. Aunque no siempre tengo el apoyo de todos los grupos y algunas reformas las paso por los pelos (por ejemplo, la subvención al alquiler la pasé una vez por apenas el 51% de la cámara), si hablas con los portavoces de los grupos y los invitas a café y champán, incluso si tomas de amante a alguna de ellas (menuda chorrada de negociación), terminas sacando las leyes. Cuando llego al 85% de popularidad convoco elecciones anticipadas y ¡Voilá!, mayoría absoluta. Menuda reforma fiscal que se van a comer con patatas…

Cuando pasa un tiempo, el juego se vuelve un poco monótono si no te marcas tus propios objetivos. Y la propia política a veces parece incoherente. ¿Cómo es posible que mi propio partido se oponga a una subida de las tasas medioambientales del 3% (haciendome retirar la ley) pero estén a favor de una subida del 5%? Los propios partidos a veces parecen incoherentes, además de ser muy pasivos. Las CCAA tienen un papel meramente testimonial, porque sólo hay elecciones nacionales y simplemente tienen un gobernador que no hace nada (aunque de diferentes partidos, nunca cambian). Las negociaciones políticas son una tontería tremenda, y en un país parlamentario no hay disciplina de partido. Puedes nombrar ministros de diferentes partidos, pero ni por esas te aseguras su apoyo en las leyes (¡Como el tripartito!). La gestión internacional es una tontería, las reuniones de la unión europea son una recomendación sobre los niveles de déficit e inflación a mantener, el espionaje interno y externo es tortuoso, los acuerdos comerciales entre países una pesadez… Vamos, poca sofisticación.

Sin embargo, es más interesante jugar a cambios de régimen o desmantelar el Estado de Bienestar (menudas huelgas te esperan). Una partida me decidí a intentar democratizar China. La clave está en tener el apoyo del ejercito (súbeles el presupuesto, invierte en defensa, incluso haz una guerra fácil) y popularidad (gasto social, medidas aperturistas). Y mucho ojo con tu propio partido, que como te descuides te prejubilan. O, como estés en África, te fusilan. Fracasé en China. Más cerca estuve en Irán. Logré incluso hacer unas elecciones libres y competitivas, aunque bajo sistema mayoritario (el partido que pilota la transición, el mío, necesita tener manos libres y fragmentar la cámara no es bueno para mis intereses…) Por descontado, intenté hacer que la sharía dejase de ser ley oficial para ser sólo religiosa y me montaron en un avión en medio de la noche camino de Pakistán. ¡Así es la vida! Más fácil fue colapsar la democracia en Bielorrusia o Ecuador. Y si se enfada la ciudadanía, ¡Ley marcial!

Menos mal que es solamente un juego de ordenador. Pero si eres politólogo (o te gusta la estrategia de gestión) y no te importa que los gráficos del juego sean como una caja de Choco-crispis, te recomiendo que me pidas copia. Que aunque algunas cosas parecen increíbles, no pocas veces la realidad supera a la ficción…

3 comentarios:

Plopesc dijo...

Friky...:P

Anónimo dijo...

me interesa tienes link??

Mirko Scattone dijo...

tienes un link?