Si alguien se acerca por la Facultad hoy, 14 de abril, y se pasa por el patio descubierto de Jaume I, verá colgado de una balconada una gran bandera tricolor. Rojo, gualda y morado ondean en la conmemoración del 77 aniversario de la proclamación de la II República Española. Cuando la he visto, me he quedado reflexionando unos instantes: ¿Qué implicaciones tiene este símbolo? ¿Por qué todavía es un referente histórico identificado con la izquierda? ¿Qué diferencia (si lo diferencia) a cualquier otro símbolo pre-constitucional, por ejemplo, una bandera con el aguilucho? Quizás sea una reflexión que habría que hacerse en el plano de lo normativo, de las ideas.
Los orígenes históricos de la bandera tricolor se ubican en la Constitución de la II República, en el título preliminar, dentro del artículo 1º. En el mismo que se reconoce a España como una República democrática de trabajadores de toda clase, que se organiza en régimen de Libertad y de Justicia, y se fija que la bandera de la República Española es roja, amarilla y morada. Las razones de la inclusión del morado viene de buscar la representación en la enseña nacional del pendón de Castilla, que erróneamente se asimiló con el morado que se decían portaban los Comuneros. El escudo, evidentemente también cambió y se sustituyó la corona por una fortaleza. Tras la guerra civil, los colores volvieron a ser los tradicionales si bien el águila imperial abrazó el escudo de España con la consigna de “Una, grande y libre”. Por lo tanto, hay al menos tres enseñas distintas que han representado a España en el pasado siglo. Y no sorprende la pervivencia de la efímera bandera republicana si pensamos en todo lo que acarreo la Guerra Civil a este país. La izquierda represaliada opuso la bandera republicana al régimen ilegítimo nacido del alzamiento del 18 de julio.
Los orígenes históricos de la bandera tricolor se ubican en la Constitución de la II República, en el título preliminar, dentro del artículo 1º. En el mismo que se reconoce a España como una República democrática de trabajadores de toda clase, que se organiza en régimen de Libertad y de Justicia, y se fija que la bandera de la República Española es roja, amarilla y morada. Las razones de la inclusión del morado viene de buscar la representación en la enseña nacional del pendón de Castilla, que erróneamente se asimiló con el morado que se decían portaban los Comuneros. El escudo, evidentemente también cambió y se sustituyó la corona por una fortaleza. Tras la guerra civil, los colores volvieron a ser los tradicionales si bien el águila imperial abrazó el escudo de España con la consigna de “Una, grande y libre”. Por lo tanto, hay al menos tres enseñas distintas que han representado a España en el pasado siglo. Y no sorprende la pervivencia de la efímera bandera republicana si pensamos en todo lo que acarreo la Guerra Civil a este país. La izquierda represaliada opuso la bandera republicana al régimen ilegítimo nacido del alzamiento del 18 de julio.
Hoy día se tiende a equiparar a los dos bandos de la contienda civil cómo iguales, ninguno con mayor razón que otro. El llamado “revisionismo”. Sin embargo, yo disiento porque la República era un régimen legítimo, nacido de la soberanía popular y el franquismo era un régimen ilegal golpista. Es evidente que la República no era una panacea cómo sistema político (frecuentemente idealizada), que había anti-sistema de izquierdas (Anarquistas, comunistas o incluso, socialistas) que acometían acciones ilegales (asesinato de religiosos, terrorismo…) y que se hicieron atrocidades por ambos bandos. Pero no podemos confundir la legitimidad de un régimen con la praxis de los incontrolados. Después de todo, fueron los liberales y los republicanos moderados los primeros en caer, perseguidos por ambos bandos. El régimen republicano era legítimo, si bien deficiente en integrar a todas las sensibilidades políticas. Por supuesto, esto último es negativo si vivimos en democracia. El régimen de Franco era ilegítimo a la par que represivo. Luego no se puede equiparar el ondear una bandera republicana y una franquista.
¿Y por qué siguen apareciendo banderas republicanas? La razón es que la republicana propone una alternativa democrática y legítima a la presente forma de organización del Estado. Por el contrario, la franquista niega la democracia como forma de gobierno. No considero que se pueda afirmar que la bandera tricolor niega la legitimidad del régimen actual, y es un error pensar en esos términos. Porque, con muchas deficiencias y trampas en la transición, España es un modelo democrático homologable. Refrendado popularmente. La bandera tricolor puede ser la expresión de una legítima aspiración en la forma de organización de España, no la negación del régimen constitucional. Es bien cierto que se puede criticar la legitimidad de una democracia nacida del franquismo frente a una nacida desde el pueblo. Pero no podemos olvidar cual ha sido la que ha tenido una mejor fortuna. Por todo lo demás: viva la República.
2 comentarios:
¿Necesitaríamos pues esa "Memoria històrica" para acabar con esta falsa equidistancia de régimenes (y banderas)?
Yo estoy contigo, y lo tengo muy claro, no es lo mismo los tres colores que el aguilucho imperial.
Un abrazo.
Yo estoy de acuerdo contigo en que no es, ni mucho menos, lo mismo ondear una bandera tricolor que una con el aguilucho. Pero lo que realmente me molesta es que esté mal visto ondear una bandera española, roja y gualda con o sin escudo, y que además este gesto despierte en la gente un sentimiento de rechazo e incluso se vean connotaciones franquistas. La verdad es que me gustaría poder salir a la calle con una bandera roja, amarilla y roja y que no me tachasen de facha.
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