
En primer lugar, respecto de la participación conviene hacer una serie de reflexiones interesantes. Primera; No es una sorpresa que haya sido elevada. Sabemos que cuanto más competitivas son unas elecciones, más probable es que se produzca una elevada participación (véase 93 o 96). Cómo sabíamos, las encuestas daban una situación de empate técnico entre ambos partidos (cualquiera podía ganar) y eso hizo que fuera a votar mas gente. Cada voto contaba más. De la misma manera, la campaña del PSOE ha ido muy focalizada a incentivar la participación a toda costa, por considerar que si esta superaba el umbral del 71% era muy probable que ganara. La razón; se asume que el electorado de izquierdas es el más abstencionista. Pero se ha desmentido tal supuesto, al menos en parte. La razón: las comunidades con mayor participación han sido Valencia, Rioja, Murcia y Madrid, con niveles masivos de apoyo a la derecha. Lo que si es cierto, es que hay una asociación muy alta entre participación y voto útil. Porque al ser más competitivas las elecciones, se prefiere votar a la segunda preferencia antes que a la primera. Eso es lo que ha pasado con el PSOE, que mucho nacionalismo de izquierdas o gente de IU ha pasado a apoyarles para frenar al PP.
La campaña del Partido Popular iba encaminada a desmovilizar al electorado socialista mediante centrar la agenda política en temas incómodos para el PSOE cómo eran el nacionalismo, la economía o la inmigración. Asuntos que fueran poco “sociales” y que apelaran a un electorado más transversal. Del mismo modo, han intentado ofrecer moderación retirando a algunos líderes controvertidos (Eduardo y Angelito). Una operación de maquillaje que no ha dado tiempo a ejecutar dado que era muy difícil en la campaña el desactivar toda la imagen de la legislatura; de placaje frontal. De todas maneras, la estrategia de la crispación (bautizada así por el “Foro Alternativas”) ha sido parcialmente exitosa. Es cierto que se ha enrocado por no dar pie a trasvase de votos de otras posiciones políticas, pero permite movilizar a los propios (de una manera masiva en sus feudos), captar a nuevos votantes/ jóvenes y alejar al centro del PSOE, aunque no lo capitalice. Parece que el “Todo vale” no funciona para ganar, pero sí para sobrevivir…
Aunque la pre- campaña del PP fue muy eficiente, a lo largo de la campaña se fue deshinchando. En eso tuvo mucho que ver la derrota en los debates Solbes- Pizarro y entre los principales candidatos. Pese a esto, el PSOE encara la amenaza de la abstención en algunos feudos tradicionales (cómo Andalucía) pero la ha podido compensar con el rodillo brutal del PSC y la victoria moderada del PSE. Euskadi y Cataluña han sido los puntales de la victoria de Zapatero; Valencia, Murcia y Madrid, los soportes para evitar el descalabro del PP. Aunque cómo el propio Pío García Escudero reconoció el 9 de marzo; “No lo podemos negar. Los socialistas han ganado en buena lid”
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