Ahora que estamos a alrededor de un año y medio de las elecciones municipales y autonómicas, se prepara en toda España un aluvión de inauguraciones. Un ejemplo paradigmático es Arnedo, donde se inaugurará en un mes la plaza de toros multiusos 'Arnedo Arena' en un gran festival de loas al actual equipo de gobierno del Partido Popular. Esto va sumado a la corrida de toros de José Tomás poco después y a las múltiples obras que harán que para los próximos comicios Arnedo parezca un campo de batalla (piscinas, Plaza España, Paseo de la Constitución, etc.).
Este tipo de inauguraciones no son diferentes a las que se practican en todos los municipios de España, donde se confía en atraer votantes a través de la provisión de bienes públicos. Las obras, además, tienen como atractivo que son tangibles frente a las políticas de demanda, que se ligan con rebajas fiscales y cheques. Valórese que todo constante, un polideportivo municipal al lado de casa tiene más impacto electoral que la promesa de una rebaja de las tasas municipales. Sin embargo, tan importante es la provisión de los bienes como el tiempo en el se provee. Se espera que, cuanta mayor cercanía tenga con la elección, más probable sea el efecto esperado. Es, por tanto, un comportamiento estratégico lógico de los equipos municipales (de cualquier color) concentrar todas las inauguraciones en la segunda mitad de la legislatura. Arnedo no es, pues, ninguna excepción. Aunque sí es significativa por su importancia electoral.
La abrumadora victoria del PP en Arnedo las pasadas elecciones tiene mucho que ver con una triple dinámica, precisamente ligada con este elemento. El PP ganó porque: 1) realizó obras públicas de manera masiva que lo hizo permeable a todo tipo de electores, 2) venía de un gobierno en coalición con el PR y este socio minoritario les sirvió de pararrayos de la oposición, absorbiendo todo el desgaste y 3) el mensaje de que lo mejor para Arnedo es que haya el mismo gobierno a nivel municipal y autonómico caló, dada la interesada sequía de financiación autonómica durante el mandato del anterior alcalde socialista. Esta estrategia fue muy exitosa, y prueba es la mayoría absoluta a nivel municipal y su aumento en el autonómico. Y eso que Arnedo se ha considerado siempre como de izquierdas (es el único municipio en La Rioja donde gana siempre el PSOE, salvo en las municipales). El Partido Popular sabe, por lo tanto, que no puede confiar (sólo) en el voto ideológico tradicional o la afinidad con el candidato, como en otros municipios. La victoria se la juega en 'vender' obras que capturen un electorado lo más transversal posible.
Por lo tanto, y dada la especial configuración del escenario (poderosa base del PSOE pero gobierno del PP) las obras tienen aquí una trascendencia capital. ¿Será suficiente? Mi intuición es que no está claro. El Partido Popular ha cometido algunos errores: la subida de las tasas municipales, la salida de su concejal de Hacienda, que le pasarán factura. Gobernar en solitario no permite escudar la responsabilidad política detrás de otros partidos. Además, algunas obras provienen del Plan E (pagadas por el Estado) y no son responsabilidad del Ayuntamiento. Esto hace que ni mucho menos Arnedo sea un escenario con un claro ganador. ¿Lo tienen claro los partidos? Los ciudadanos cada vez más. Próximo capítulo, en el 2011.
Este tipo de inauguraciones no son diferentes a las que se practican en todos los municipios de España, donde se confía en atraer votantes a través de la provisión de bienes públicos. Las obras, además, tienen como atractivo que son tangibles frente a las políticas de demanda, que se ligan con rebajas fiscales y cheques. Valórese que todo constante, un polideportivo municipal al lado de casa tiene más impacto electoral que la promesa de una rebaja de las tasas municipales. Sin embargo, tan importante es la provisión de los bienes como el tiempo en el se provee. Se espera que, cuanta mayor cercanía tenga con la elección, más probable sea el efecto esperado. Es, por tanto, un comportamiento estratégico lógico de los equipos municipales (de cualquier color) concentrar todas las inauguraciones en la segunda mitad de la legislatura. Arnedo no es, pues, ninguna excepción. Aunque sí es significativa por su importancia electoral.
La abrumadora victoria del PP en Arnedo las pasadas elecciones tiene mucho que ver con una triple dinámica, precisamente ligada con este elemento. El PP ganó porque: 1) realizó obras públicas de manera masiva que lo hizo permeable a todo tipo de electores, 2) venía de un gobierno en coalición con el PR y este socio minoritario les sirvió de pararrayos de la oposición, absorbiendo todo el desgaste y 3) el mensaje de que lo mejor para Arnedo es que haya el mismo gobierno a nivel municipal y autonómico caló, dada la interesada sequía de financiación autonómica durante el mandato del anterior alcalde socialista. Esta estrategia fue muy exitosa, y prueba es la mayoría absoluta a nivel municipal y su aumento en el autonómico. Y eso que Arnedo se ha considerado siempre como de izquierdas (es el único municipio en La Rioja donde gana siempre el PSOE, salvo en las municipales). El Partido Popular sabe, por lo tanto, que no puede confiar (sólo) en el voto ideológico tradicional o la afinidad con el candidato, como en otros municipios. La victoria se la juega en 'vender' obras que capturen un electorado lo más transversal posible.
Por lo tanto, y dada la especial configuración del escenario (poderosa base del PSOE pero gobierno del PP) las obras tienen aquí una trascendencia capital. ¿Será suficiente? Mi intuición es que no está claro. El Partido Popular ha cometido algunos errores: la subida de las tasas municipales, la salida de su concejal de Hacienda, que le pasarán factura. Gobernar en solitario no permite escudar la responsabilidad política detrás de otros partidos. Además, algunas obras provienen del Plan E (pagadas por el Estado) y no son responsabilidad del Ayuntamiento. Esto hace que ni mucho menos Arnedo sea un escenario con un claro ganador. ¿Lo tienen claro los partidos? Los ciudadanos cada vez más. Próximo capítulo, en el 2011.