Estos días de calor se nota que estoy mirando más hacia casa que hacia Barcelona. Lo reconozco, mi mente ya está de vacaciones. De hecho, estoy repasando algunas cosillas sobre la evolución del voto en la Rioja, también un poco picado por los pseudos- analistas del diario de mi comunidad (véase el pasado post). De hecho, me he puesto a hacer algunas simulaciones sobre donde se centra la competición electoral en La Rioja. Empezaré por algunos antecedentes.
El sistema político de La Rioja se basa en un sistema unicameral con 33 escaños en juego, luego la mayoría absoluta se sitúa en 17 escaños. De manera sistemática en las últimas 5 elecciones regionales, el Partido Popular ha obtenido dicha mayoría. La ley electoral general se rige según la LOREG estableciendo la fórmula de Hondt en la atribución de la representación y una barrera electoral mínima de un 5%. El número efectivo de partidos es de 2,46, situándose en torno al promedio de las comunidades autónomas españolas. Sin embargo, el sistema es de los más proporcionales, con un índice desproporcionalidad de solo el 1,2%. Resumiendo muy rápidamente los resultados de las últimas elecciones tenemos con una participación del 73,3%: PP 48,8% de votos y 17 escaños, PSOE 40,4% de votos y 14 escaños, Partido Riojano con 6% de votos y 2 escaños. Por último, la coalición IZQ entre verdes, iniciativa ciudadana e IU con un 3,1% y que queda fuera del Parlamento. La barrera electoral es un elemento crucial que ha garantizado que el PP renovase su mayoría absoluta. Si la barrera electoral se situara fuera del régimen general y pasara del 5 al 3%, IZQ obtendría un escaño a costa del Partido Popular. Con ello, cabría la posibilidad de formar un acuerdo de gobierno alternativo.
El sistema político de La Rioja se basa en un sistema unicameral con 33 escaños en juego, luego la mayoría absoluta se sitúa en 17 escaños. De manera sistemática en las últimas 5 elecciones regionales, el Partido Popular ha obtenido dicha mayoría. La ley electoral general se rige según la LOREG estableciendo la fórmula de Hondt en la atribución de la representación y una barrera electoral mínima de un 5%. El número efectivo de partidos es de 2,46, situándose en torno al promedio de las comunidades autónomas españolas. Sin embargo, el sistema es de los más proporcionales, con un índice desproporcionalidad de solo el 1,2%. Resumiendo muy rápidamente los resultados de las últimas elecciones tenemos con una participación del 73,3%: PP 48,8% de votos y 17 escaños, PSOE 40,4% de votos y 14 escaños, Partido Riojano con 6% de votos y 2 escaños. Por último, la coalición IZQ entre verdes, iniciativa ciudadana e IU con un 3,1% y que queda fuera del Parlamento. La barrera electoral es un elemento crucial que ha garantizado que el PP renovase su mayoría absoluta. Si la barrera electoral se situara fuera del régimen general y pasara del 5 al 3%, IZQ obtendría un escaño a costa del Partido Popular. Con ello, cabría la posibilidad de formar un acuerdo de gobierno alternativo.
Respecto de la evolución del voto, es muy curioso porque el Partido Popular mantiene altos niveles de movilización con independencia de la participación electoral. Siempre han evolucionado entre un 48 y un 52% en cada elección. El PSOE ha ido creciendo en cada convocatoria electoral desde 1995 a raíz de dos puntos por elección, partiendo del bajo 34% hasta el actual 40%, aunque aún queda lejos de su adversario. El Partido Riojano permanece estable, en torno al 6% en cada elección, con lo que siempre se aseguran sus dos escaños. Y de nuevo IU da la nota, porque aunque no obtiene representación desde 1995 (7,2% y dos escaños) ha caído en cada convocatoria. Algo que no sorprende de no ser porque en la última, que iba en una amplia coalición, sacó menos votos que la suma de sus socios e incluso casi igual que yendo solos. Está claro que los incentivos al voto útil en las elecciones regionales son muy fuertes. Según me muestran las simulaciones, los socialistas necesitan recortar su distancia a 10.000 votos del PP para, ceteris paribus, arrebatarles un escaño. Ahora la diferencia es de unos 15.000 votos, por lo que deberían pasar de los 8,5 puntos que los separan a 5,8%. El Partido Riojano, para ganar un escaño debería tener un crecimiento muy importante dado que la Ley de Hondt, como es sabido, perjudica a las terceras fuerzas. En todo caso, la estabilidad que muestra a lo largo del tiempo hacen seguro que, salvo catástrofe, conservará sus dos escaños.
Esta es una visión general sobre el panorama electoral en La Rioja. En breve echaré un ojo a algunos datos de encuestas pre y post- electoral. De todas maneras ya avanzo algunos datos: es la región más a la derecha de la escala y la que menos apoyo de a un régimen democrático. Se relaciona intensamente con la edad, claro está. Pero de momento quería alumbrar un poco el panorama electoral en general. Más noticias en próximas ediciones. Ahora a ver si me centro un poco…
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