martes, 29 de enero de 2008

A vueltas con los impuestos...

Si hay algo de moda en todas las campañas electorales del mundo, y sobretodo desde los años 80, es anunciar bajadas de impuestos. Lo cierto es que a la ciudadanía parece que le gusta la idea de pagar la menor cantidad de tributos al Estado que sea posible. En esta que se ha gustado en llamar “la subasta de electores”, Partido Popular y PSOE han entrado en una guerra para ver, no sólo quien promete más cosas, sino muy especialmente, quien promete más medidas que afecten al bolsillo de los ciudadanos. De manera general, me gustaría aproximarme a sus propuestas para no pasar por alto sus implicaciones.

Primero, hablemos de las bajadas de impuestos. Desde la óptica del liberalismo ortodoxo (o neo-liberalismo) se argumenta que las bajadas de impuestos son positivas. Por una parte, porque permiten una mayor recaudación, ya que se supone que al haber más dinero en manos de los contribuyentes, estos consumen o invierten más, y por lo tanto generan más actividad económica. Esta actividad o crecimiento hace que la sociedad sea más rica, luego se recaude más con un tipo más bajo que con un tipo mayor. Por otra parte, es positiva porque así el Estado genera menos distorsión en la inversión, que es asignada libremente por los contribuyentes. Y además, es preferible la reducción de los impuestos directos antes que la de los indirectos, ya que los primeros son más complejos, costosos de aplicar, farragosos que los segundos. De una manera general, en toda Europa se ha tendido a la reducción de impuestos y a la simplificación de tramos, es decir, a poner menos “escalones” donde ubicar la renta de los contribuyentes. En España, por ejemplo, el PP reformó desde el 96 dos veces el Sistema Tributario, y el PSOE una la pasada legislatura, en el mismo sentido. Mínimos exentos mayores, simplificación y menor recaudación.

Bueno, pero también se pueden poner algunos peros a estos argumentos. En primer lugar, el hecho de que el IRPF, que es el que todos tocan más, es el impuesto más redistributivo (también en el que más evasión hay). El principio redistributivo es algo que recoge nuestro sistema tributario por dos razones. 1) Que se presupone es justo que pague más el que más tenga 2) Que asumimos que al dar dinero de los que más tienen a los que menos, aumentamos la utilidad total. Es decir, al quitarle 1000 euros a un rico y dárselo aun pobre, se supone que esos euros son más útiles (le salvan más la vida) al que menos tiene que al que más. Y, al argumento de que bajar los impuestos genera más actividad económica, pues según se mire. Porque si con ese dinero lo que hace la gente es destinarlo al consumo o a la vivienda, tenemos el problema de siempre. Es un ciclo expansivo a corto plazo que no asegura que se haga una inversión en activos productivos. O lo que es lo mismo, que la gente no tiene por qué gastarse el dinero en I+D, maquinaria industrial… que es lo que ayuda a que un país crezca en el futuro.

Pero un ciclo expansivo, a corto plazo es positivo, desde luego. Puede ayudar al país a salir de un bache. Pero, siendo así ¿Acaso no logro el mismo efecto de que haya más actividad productiva haciendo gasto público? Bueno, es cierto que tiene el peligro de generar un exceso de Deuda Pública, pero ¿Es malo endeudarse si estamos invirtiendo? Si el Gasto Público va destinado a, por ejemplo, hacer infraestructuras, potenciar la investigación… este dinero gastado hoy lo recupero mañana. Más problemático es si la Deuda no se vincula a inversión productiva. Sin embargo, está claro que la opción de bajar impuestos está más de moda, aunque no sea más segura o preferible para generar un ciclo expansivo. Lo que ocurre es que las rebajas fiscales, son, ante todo, muy populares (¡sin doble sentido!) Al menos, las del IRPF, porque no ha habido demasiadas reducciones en el impuestos indirectos que digamos (entre otras cosas, porque lo manda Europa). Es decir, bajar los impuestos que más se ven…Pero bueno ¿Y si bajamos los impuestos, que pasa con las prestaciones sociales? Se supone que no pasa nada, porque si nos fijamos en los programas de los partidos, se sigue prometiendo bien de plazas de guarderías. Pero ¿Es cierto que los ciudadanos no querrían pagar impuestos si se les garantiza la prestación de un servicio público? Pues las estadísticas dicen que a la gente no le importaría pagar impuestos si estuvieran “condicionados”, es decir, que todo lo que pague de tal tributo va, por ejemplo, para Sanidad… Todo tiene su cara y su cruz. Y desde luego, no llega para todo.

¡Sobre las propuestas de los dos partidos no se ni cómo empezar! Lo del PSOE es la ocurrencia más (…) de las que han tenido últimamente. Devolver 400 euros a cada contribuyente es un gasto desordenado (¡Ala, te lo devuelvo que el Estado no lo quiere!) después de pagar y la mejor forma de comerse el superávit público (¿Pero no era para por si venía la crisis?). Luego, que bien convendría dárselos a quien lo necesite y no a todo el mundo, para afinar su carácter progresivo. Y es éticamente reprobable, porque además de ser un nuevo “cheque” vinculado a votar PSOE, encima con descaro, pues bien podrían haberlo hecho durante la legislatura ¿No? Respecto de la propuesta del PP, reducir el IRPF a 3 tramos es una simplificación excesiva, que reduce en exceso el poder recaudatorio, y bueno, habrá que analizar lo del mínimo exento al “mileurista”, porque si se le incluye las retenciones, cotizaciones sociales… bien puede quedar en lo comido por lo servido. Pero al menos es una propuesta (con la que no estoy de acuerdo) y no una ocurrencia de mitin electoral.

Para concluir, decir que yo no he recibido una prestación social directa en mi vida, ni subsidio de desempleo, ni becas, ni nada por el estilo porque mi umbral de renta familiar me excluía. Y creedme, de los salarios que he percibido en mi vida, bien cierto es que las rentas del trabajo se las ha llevado Hacienda como a cualquiera. No es que a mi no me escueza como a todo el mundo. Pero bueno, si de verdad quieren mejorar el sistema tributario tengo otras propuestas antes que bajar impuestos. Primero, que pague todo el mundo, y no haya la vergonzosa evasión fiscal y dinero negro que hay en este país. Que perciba así la prestación social quien se lo merezca. Segundo, que indicien con la inflación los tributos (eso si lo ha hecho bien el PSOE) para que no perdamos poder adquisitivo. Tercero, que penalicen menos las rentas del trabajo y más las del capital, que es de vergüenza lo poco que tributa una acción en el BBVA y lo que tributa el cobrar una nómina de currito de toda la vida. Que al final pencamos los mismos siempre. Y por último, si de verdad el PSOE quiere adoptar una medida de impacto para las clases medias( las que más impuestos pagan, por cierto), en vez de regalar a todo dios 400 euros, que cambien los umbrales mínimos de renta para hacerlos más incluyentes y universalizar más las prestaciones sociales.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ya me parece bien que cualquier propuesta que haga pagar de una manera aquitativa a todos los que mas tengan, por que no olvidemos nuestros paises mas proximos en el norte y centro de Europa en donde la reacaudacion del estado y la bien utilizacion de esos recursos ha permitido un estado de bien estar social que no lo tiene por ejempl EEUU, en donde la atencion medica como la entendemos en España por ejemplo no existe.

Kanciller dijo...

Desde luego, hay muchas diferencias según el país, tanto en términos de Bienestar como tributarios. No digo que España sea Finlandia, pero vamos, que si que se podía hacer algún esfuerzo para acercarnos más a un modelo socialdemócrata...