martes, 12 de febrero de 2008

El Contrato del Inmigrante (o luchando por la agenda)

Esta campaña electoral, que está tan reñida demoscópicamente, la ganará el partido que sea capaz de centrar la agenda política en aquellos temas que le son más beneficiosos. El PSOE ha tenido toda la legislatura un enorme problema de comunicación, ya que ha estado bailando al son que el PP y sus grupos mediáticos afines le han marcado en todo momento. Y aunque medidas concretas logran centrar el foco del estrellato eventualmente en el lado socialista (400 euros, cheques bebes, y demás) el PP demuestra tener más iniciativa. El último tema que ha salido a la palestra ha sido el de la inmigración, de mano de la idea del “Contrato de costumbres” que ha propuesto Rajoy. Ayer tuvimos un interesante debate sobre la cuestión, y merece la pena reproducir algunas ideas.

Cómo propuesta general, es una idea que se descalifica desde el punto de vista moral y político. No existe ni puede existir mayor compromiso que el cumplimiento de la Ley a todos los ciudadanos. Ese es el contrato que se firma con España desde que se cruzan sus fronteras, ni más ni menos. Y tanto los que vengan de fuera o de dentro, todos somos iguales en deberes y derechos. Pero pormenoricemos la propuesta. Los inmigrantes deberían aprender español (¿Y vasco o catalán no, si están en territorios con dos lenguas cooficiales?) además de comprometerse con las costumbres españolas. Es decir, debería saber hacer paella, tortilla de patatas, gustarle el vino y el cava (de Extremadura), tener una hipoteca, desconfiar de su clase política, gustarle el fútbol y votar al PP. Cumplidas estas condiciones, sería ciudadano de pleno derecho, porque en caso contrario debería expulsársele inmediatamente. En fin, menuda propuesta de broma que han hecho para ayudar a la integración el inmigrante. A lo mejor podrían concretar un poco más la idea, porque pensar que haya alguna legitimidad superior a la Ley que en mi país me haga ser un buen español (ser español de pura cepa, tener determinadas costumbres…) me daría mucho miedo. Porque a lo mejor me tienen que expulsar a mi.

Pero el cálculo electoral es astuto. Con esta propuesta, siguen el camino de la derecha francesa. Es decir, tratan de robar votos en sectores obreros más deprimidos (tradicionalmente de izquierdas) que están en convivencia diaria con la inmigración. Y alentando la inseguridad, prometiendo expulsarlos si delinquen… terminan calando en sectores sociales temerosos de los nuevos llegados. Porque no se puede olvidar que la mayoría e los delincuentes son inmigrantes, aunque no sea así a la inversa. Tratando de arañar el voto de la xenofobia, que ya se experimentó en las pasadas elecciones catalanas con dudosos resultados, el PP trata de recortar distancias al PSOE. Y las encuestas apuntan a que lo logra (dentro le empate, técnico, eso si). El verdadero problema para el PSOE será saber si será capaz de centrar la agenda (“el frame”) en los asuntos que le benefician más (Política Social o el miedo al PP) frente a un PP que con un techo sólido de 10 millones de votantes sabe que, si logra capturar algo del centro político (muy sensible a la coyuntura económica, por ejemplo) o logra desmovilizar a la izquierda, tiene la cabeza de Zapatero en bandeja de plata.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bueno tu artículo.
Coincido contigo en que la derecha espaniola pretende capturar votos valiendose del contrato de los inmigrantes, pero tambien podria ser contraproducente politizar un tema tan sensible. Me inclino mas por esta última idea, y no obstante aunque la derecha espaniola tiene una solida base electoral, hace falta ser mas proactivo en otros temas como la economia, la igualdad de derechos, la politica antisubersiva, etc para lograr cambiar un resultado que para mi lo tiene asegurado el PSOE.


Roonie
rooniep@hotmail.com

Kanciller dijo...

Gracias por tu comentario. De todas maneras, no se yo si está tan clara la victoria del PSOE. Y aunque lo de la inmigración pueda parecer contraproducente, Sarkozy o Le Pen lo hicieron con bastante éxito. En todo caso, creo que aún queda mucho partido por delante...