El pasado jueves tuvimos la oportunidad de ver un duelo entre los “primeros espadas” en materia económica del PP y el PSOE en Antena 3. Por el PSOE fue el Ministro de Economía y Hacienda Pedro Solbes, mientras que por el PP acudió el “fichaje estrella” de Rajoy, Manuel Pizarro, ex presidente de Endesa. Moderado por Matías Prats (por el que siento una personal animadversión), el debate se dividió en tres bloques: macroeconomía, economía familiar y proyectos de futuro. Cada representante disponía de 10 minutos por bloque, que podía repartir tres intervenciones como considerara oportuno. Tal y como creo que ha trascendido, el ministro se impuso claramente en credibilidad y capacidad a Manuel Pizarro. Así lo certificaba la propia encuesta encargada por Antena 3, que le daba la victoria 47% a 37% (15% opinaba que ni uno ni otro ganó). Trataré de dar mi valoración sobre cada bloque en concreto y argumentaré por qué creo que Solbes se impuso claramente.
El primer bloque tratado fue el de la macroeconomía. En este sentido, Pizarro comenzó atacando desde los datos de los últimos meses, con unos indicadores de inflación y desempleo descontrolados. Del mismo modo, esgrimió los datos sobre confianza de los consumidores y de los inversores externos. Comparó la situación con Europa y del mismo modo, resaltó el problema en competitividad de nuestra economía. Solbes contraatacó comparando los datos económicos del periodo anterior con los del presente en promedio. Y los datos eran favorables al gobierno, con menores diferenciales de inflación y menos paro (del 12 al 8,6 %) De hecho, se dio que Pizarro reaccionó con torpeza cuando Solbes le preguntaba por datos que el otro alegaba desconocer, incluso argumentando que no estaba todavía en el PP. En todo caso, en macroeconomía no había mucho margen para el ataque, porque los dos grandes partidos están de acuerdo en la estabilidad presupuestaria.
En economía familiar, Pizarro atacó sobre el precio de los alimentos, la inflación y propuso las bajadas de impuestos. Solbes desplegó unos gráficos (bastante visuales) sobre la comparativa europea donde España salía beneficiada (en términos de crecimiento, por ejemplo). Además, le atacó por las declaraciones en que Pizarro había abogado por un sistema de capitalización para la Seguridad Social, con un titular de El Mundo respaldándole. Pizarro perdió un tiempo valioso justificándose y se puso a la defensiva. Además, Solbes se quejó de que ante su idea de que “el dinero donde mejor está es en el bolsillo de los contribuyentes”, hay españoles, dijo, que no tienen “ni bolsillo ni dinero”. Pero Pizarro dijo que había margen para la bajada de impuestos, por ejemplo “suprimiendo el ministerio de la vivienda, no cambiando el piso del ministro Bermejo, suprimiendo la Oficina Económica del Presidente y dejando de pagar a terroristas”. Lástima que estuviera tan mal asesorado. Aquí dilapidó toda su credibilidad. El final se volvió algo más reiterativo y volvieron sobre los mismos temas, antes de concluir con una apelación genérica al voto.
¿Por qué ganó Solbes? Por varias razones. Primero, porque supo manejar los datos con habilidad. Segundo, porque supo transmitir una sensación de aplomo y seguridad frente a un oponente dubitativo y a la defensiva. (En ocasiones Pizarro hasta le daba la razón). Porque Pizarro atacó en donde no había margen para la crítica (macroeconomía) y no supo hacerlo en donde tenía espacio (por ejemplo, el poco entusiasmo de Solbes con los 400 euros o el cheque-bebé). Y lo más importante, porque Solbes es una persona con experiencia, un político de raza. Por el contrario, Pizarro es un advenedizo (con algún tinte demagógico) y debió de pensarse que el arte de al política se aprende en un mes. En el PP echaron en falta a un Gallardón o a un Rato. No me extraña.
El primer bloque tratado fue el de la macroeconomía. En este sentido, Pizarro comenzó atacando desde los datos de los últimos meses, con unos indicadores de inflación y desempleo descontrolados. Del mismo modo, esgrimió los datos sobre confianza de los consumidores y de los inversores externos. Comparó la situación con Europa y del mismo modo, resaltó el problema en competitividad de nuestra economía. Solbes contraatacó comparando los datos económicos del periodo anterior con los del presente en promedio. Y los datos eran favorables al gobierno, con menores diferenciales de inflación y menos paro (del 12 al 8,6 %) De hecho, se dio que Pizarro reaccionó con torpeza cuando Solbes le preguntaba por datos que el otro alegaba desconocer, incluso argumentando que no estaba todavía en el PP. En todo caso, en macroeconomía no había mucho margen para el ataque, porque los dos grandes partidos están de acuerdo en la estabilidad presupuestaria.
En economía familiar, Pizarro atacó sobre el precio de los alimentos, la inflación y propuso las bajadas de impuestos. Solbes desplegó unos gráficos (bastante visuales) sobre la comparativa europea donde España salía beneficiada (en términos de crecimiento, por ejemplo). Además, le atacó por las declaraciones en que Pizarro había abogado por un sistema de capitalización para la Seguridad Social, con un titular de El Mundo respaldándole. Pizarro perdió un tiempo valioso justificándose y se puso a la defensiva. Además, Solbes se quejó de que ante su idea de que “el dinero donde mejor está es en el bolsillo de los contribuyentes”, hay españoles, dijo, que no tienen “ni bolsillo ni dinero”. Pero Pizarro dijo que había margen para la bajada de impuestos, por ejemplo “suprimiendo el ministerio de la vivienda, no cambiando el piso del ministro Bermejo, suprimiendo la Oficina Económica del Presidente y dejando de pagar a terroristas”. Lástima que estuviera tan mal asesorado. Aquí dilapidó toda su credibilidad. El final se volvió algo más reiterativo y volvieron sobre los mismos temas, antes de concluir con una apelación genérica al voto.
¿Por qué ganó Solbes? Por varias razones. Primero, porque supo manejar los datos con habilidad. Segundo, porque supo transmitir una sensación de aplomo y seguridad frente a un oponente dubitativo y a la defensiva. (En ocasiones Pizarro hasta le daba la razón). Porque Pizarro atacó en donde no había margen para la crítica (macroeconomía) y no supo hacerlo en donde tenía espacio (por ejemplo, el poco entusiasmo de Solbes con los 400 euros o el cheque-bebé). Y lo más importante, porque Solbes es una persona con experiencia, un político de raza. Por el contrario, Pizarro es un advenedizo (con algún tinte demagógico) y debió de pensarse que el arte de al política se aprende en un mes. En el PP echaron en falta a un Gallardón o a un Rato. No me extraña.
1 comentario:
Reconozco que no vi el debate. Pero también tengo que reconocer que con este resumen me he hecho una idea clara de lo que pudo ser. Muy bien explicado, muy bien criticado y muy bien escrito.
En fin, muy bien. :)
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