lunes, 11 de mayo de 2009

La varita mágica del Partido Popular

Esta mañana, y dado que a mi me gusta comenzar la semana con energía, me he leído el “Plan de Reformas Estructurales” que propone el Partido popular para salir de la crisis. Las del gobierno están resumidas en la página web del Plan E incluyendo todas las reformas económicas que ha elaborado el gobierno desde que llegó al poder en 2004 (si a alguien le interesan). En general, en la opinión pública(da) se ha instalado la idea de que un gran pacto de Estado sobre la Economía es la única vía para salir del atolladero, pero yo estoy muy en contra. Nuestros representantes no son meros gestores, también son estadistas. Y aunque se puedan llegar a acuerdos en otras materias, el nivel de intervencionismo económico es un elemento crucial para distinguir a los gobiernos de izquierdas de los de derechas. Un gobierno no sacará a un país de la crisis, porque no puede, pero principios justos y gestores eficientes pueden sentar las bases de una pronta recuperación.

Como iba diciendo, hoy me he leído las propuestas del Partido Popular, que se jacta de que si ellos gobernaran o bien las cosas se harían mucho mejor o bien “nunca se hubiera entrado en esta crisis” (Aznar dixit, testiculamen máximus hispaniorum). Pero mi impresión general es que ellos no tienen precisamente la varita mágica para salir de la crisis. Y para ello sólo hay que seguir las líneas que plantea el documento. Empieza con un sonoro plan de austeridad en las Administraciones públicas que limitaría el gasto público al 2% de déficit y que fijaría un techo de gasto en las CCAA y ayuntamientos. La primera medida no engaña y muestra que si ante el mero inicio del retroceso de la economía se incurrió en un 0,5% de déficit, es un nivel de contención del gasto insostenible sin recortar de otras partidas presupuestarias. De cuales, no se especifica. Y eso que dicen que quieren “mantener las políticas sociales y el gasto productivo”. Sobre el techo de gasto a otras AAPP, recordar que ello supone una invasión de competencias por el Estado, pero como se trataría de un “Plan”, es lo mismo que decir nada. Sobre la reestructuración del sistema financiero, se propone sistemas de mejora del control y supervisión de las instituciones financieras siguiendo recomendaciones del FMI y la OCDE. Nada nuevo bajo el sol.

Vamos a las reformas fiscales, que tienen más jugo. Sobre el apoyo a las familias, la primera en la frente. Ampliar la deducción por vivienda del 15% al 25%. ¡Cuando todos los expertos están de acuerdo en que esa deducción es una de las causantes del incremento de los precios y la burbuja especulativa! Luego, por supuesto, una deducción del 10% del IRPF del ahorro a medio y largo plazo. Es decir, reducción de ingresos del Estado (incremento previsible del déficit), bajada de impuestos a los que tiene más excedentes de capital (clases acomodadas y altas) y error en el diagnóstico. La existencia de una sequía en los créditos no viene de una falta de liquidez si no de confianza. Las medidas sobre morosidad me gustan más. Creación de una línea ICO para dar liquidez a las AAPP para pagar proveedores o que los autónomos no paguen IVA hasta cobrar sus facturas son medidas de gestión urgente que insuflarían de oxígeno a las empresas asfixiadas en sus pagos. Se proponen también otras exenciones temporales en el pago de impuestos para autónomos, PYMES… que necesitaría conocer en más detalle para poder enjuiciar. Por ejemplo, no pinta mal la exención de dos años en el pago del impuesto de matriculación. Pero eso, de nuevo, requeriría el compromiso de incurrir en déficit.

La reforma del mercado laboral y de pensiones se propone, pero no puede ser más inconcreta. Reunión con sindicatos, fomento de la contratación indefinida, Pacto de Toledo… De modo que o bien no tienen ni idea de cómo afrontar ese tema o bien no se atreven a decirlo. Como no me creo que sean tontos, estoy seguro de que la razón es la segunda. Así que les reprocho su cobardía. Si de verdad quieren ser alternativa, que den un paso al frente en vez de esperar a que el gobierno se queme solo. Porque las encuestas ya les demuestran que con esperar no es suficiente. Me gusta la idea de un Plan Energético, que reconocen instar de acuerdo con CiU, y aunque es ambiguo, plantea cuestiones interesantes sobre la sostenibilidad energética de España. Increíble por otro lado la evanescencia de las medidas en I +D, de las que la única original es la de crear un marco fiscal atractivo para empresas tecnológicas. Más deducciones, vamos. La propuesta de restaurar la unidad de Mercado es una tontería solemne, mientras que en la de educación puntos clave son “el bilingüismo real” en España y restaurar la “disciplina y el esfuerzo”. ¿Qué tiene que ver el tocino con la velocidad? Igual que prohibir las regularizaciones masivas de inmigrantes por ley u obligar a pactar la financiación de las CCAA de manera multilateral. Ya se sabe, si cuela, cuela.

Resumiendo: aunque algunas medidas son razonables, como Plan Energético, liquidez en pago a acreedores… en general viene a ser “he venido a hablar de mi libro”. Bajadas de impuestos y de lo demás, no se sabe o no se quiere saber. Y eso que sabemos que la capacidad de estímulo de la economía de las bajadas de impuestos es la mitad que la que tiene el efecto multiplicador del gasto público (si se gasta eficientemente). Yo soy el primero que critico al gobierno por su gestión de la crisis, pero una cosa está clara: desde luego el PP no tiene la varita mágica.

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