Ayer se tomaron medidas específicas para acercar la política a los ciudadanos. En un alarde de genial demagogia, IU con un a moción y PP con una pregunta, se introdujo en el Congreso de los Diputados el tema del millonario fichaje de Cristiano Ronaldo por parte del Real Madrid. IU-ICV proponía que se fijaran unos límites por ley para el máximo de dinero que se puede pagar por un jugador de fútbol. De hecho, criticaban que los futbolistas españoles eran los que menos impuestos pagaban de Europa (¿los jugadores o los ricos españoles, cosa que suele ir pareja?). Hablemos un poco sobre la cuestión.
Desde una perspectiva ética y estética, casi todos los grupos de la cámara han hecho una condena expresa de este gasto millonario. Incluso la Vicepresidenta económica hizo unas declaraciones deseando que “el crédito que Caja Madrid ha concedido al Real Madrid para tamaño gasto no impida incrementar los créditos que se conceden a familias y PYMES”. Por otra parte, yo estoy de acuerdo con la posición expresada por los dos grupos mayoritarios. Se trata de una operación estrictamente privada, con arreglo a la ley, y no compete a los poderes públicos intervenir en este caso. La diputada del PP Celia Villalobos fue más contundente cuando dijo que “si un club quiere suicidarse pagando 96 millones de euros por un jugador, es su problema”. Más contundente ha sido el representante del PNV cuando ha dicho que este tipo de operaciones son lesivas del interés general.
Dos temas a distinguir. El primero es las reglas de juego. Hay una ley fundamental del mercado, y es que si se puede poner un precio a algo es porque hay alguien está dispuesto a pagarlo. Si nadie quiere o puede pagarlo, el precio tiende a bajar hasta una situación en la que, en teoría, oferta y demanda se equilibran. En este caso, este desembolso brutal de dinero que hace el Madrid lo hace porque puede y quiere. Se podrá o no pensar que es una operación inteligente en términos de gestión empresarial, pero es evidente que eso corresponde al ámbito privado. El segundo tema es que hay determinadas profesiones por las que se está dispuesto a pagar salarios más altos que por otras. Se paga más a un médico que a un cartero no porque la labor social sea mejor o peor, si no porque el mercado lo valora de manera distinta. La gente que está buscando ahora mismo carrera sabe bien a que me refiero. No tiene la misma salida estudiar Humanidades que Física, igual que las notas de corte para entrar dependen de oferta, demanda y prestigio. Hoy por hoy, la plétora de actores, futbolistas. modelos y figuras de papel cuché es lo que más se valora.
Para mí, la idea de regular por ley este tipo de fichajes es peregrina. Y desde la perspectiva ética del asunto, la verdad es que me produce una honda indiferencia. El que tiene dinero, que se lo gaste en lo que quiera: es su problema si lo hace o no con cabeza. En este país el fútbol mueve muchísimas pasiones (he estado en Barcelona durante el triplete, oiga) y muchísima pasta. Pero ojito si se pretende algún beneficio a cuenta de lo público; concesiones, créditos, lo que sea. Porque ese dinero sí es mío y lo vigilaré con celosía. Para todo lo demás, y en contra de lo que dice ese criticable lema del Barça: Real Madrid, nada más que un club.
Desde una perspectiva ética y estética, casi todos los grupos de la cámara han hecho una condena expresa de este gasto millonario. Incluso la Vicepresidenta económica hizo unas declaraciones deseando que “el crédito que Caja Madrid ha concedido al Real Madrid para tamaño gasto no impida incrementar los créditos que se conceden a familias y PYMES”. Por otra parte, yo estoy de acuerdo con la posición expresada por los dos grupos mayoritarios. Se trata de una operación estrictamente privada, con arreglo a la ley, y no compete a los poderes públicos intervenir en este caso. La diputada del PP Celia Villalobos fue más contundente cuando dijo que “si un club quiere suicidarse pagando 96 millones de euros por un jugador, es su problema”. Más contundente ha sido el representante del PNV cuando ha dicho que este tipo de operaciones son lesivas del interés general.
Dos temas a distinguir. El primero es las reglas de juego. Hay una ley fundamental del mercado, y es que si se puede poner un precio a algo es porque hay alguien está dispuesto a pagarlo. Si nadie quiere o puede pagarlo, el precio tiende a bajar hasta una situación en la que, en teoría, oferta y demanda se equilibran. En este caso, este desembolso brutal de dinero que hace el Madrid lo hace porque puede y quiere. Se podrá o no pensar que es una operación inteligente en términos de gestión empresarial, pero es evidente que eso corresponde al ámbito privado. El segundo tema es que hay determinadas profesiones por las que se está dispuesto a pagar salarios más altos que por otras. Se paga más a un médico que a un cartero no porque la labor social sea mejor o peor, si no porque el mercado lo valora de manera distinta. La gente que está buscando ahora mismo carrera sabe bien a que me refiero. No tiene la misma salida estudiar Humanidades que Física, igual que las notas de corte para entrar dependen de oferta, demanda y prestigio. Hoy por hoy, la plétora de actores, futbolistas. modelos y figuras de papel cuché es lo que más se valora.
Para mí, la idea de regular por ley este tipo de fichajes es peregrina. Y desde la perspectiva ética del asunto, la verdad es que me produce una honda indiferencia. El que tiene dinero, que se lo gaste en lo que quiera: es su problema si lo hace o no con cabeza. En este país el fútbol mueve muchísimas pasiones (he estado en Barcelona durante el triplete, oiga) y muchísima pasta. Pero ojito si se pretende algún beneficio a cuenta de lo público; concesiones, créditos, lo que sea. Porque ese dinero sí es mío y lo vigilaré con celosía. Para todo lo demás, y en contra de lo que dice ese criticable lema del Barça: Real Madrid, nada más que un club.
3 comentarios:
¿Por qué no te gusta el lema del barça?
Quiza lo más logico es los propios clubs se autorregularan, como en la NBA donde hay unos limites estrictos tanto para los traspasos como para los salarios, y ello redunda en beneficio de los clubes y de los aficionados en general, ya que hay más igualdad y por lo tanto, más emoción.
El problema es que en esa situación los grandes clubes, Madrid y Barça, dejarían de tener la superioridad abrumadora que ahora tienen.
El dinero es limitado, al final los 90 millones de Ronaldo se invertirán una parte en jugadores y otra en beneficios de los propietarios. Creo que el sistema no es efectivo, me uno a que usara un sistema como en la NBA, donde hay limitaciones para traspasos y todo se fundamenta en intercambios y jugadores sin contrato.
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