Ya estamos a una semana de la presentación de los Proyectos de Tesis Doctoral ante el Tribunal del Departamento. Los nervios están a flor de piel y cada cual se afana en ultimar (o algunos, incluso en empezar) las líneas maestras de una investigación que nos ocupará los próximos años. Hay proyectos sobre temas muy variados, pero siempre dentro de las cuatro grandes ramas que hay en el Departamento: políticas públicas, teoría política, sociología y comportamiento político. En esta última me ubico yo, y más concretamente, en temas de sistemas electorales. En esta entrada intentaré explicar con sencillez máxima en que consiste mi proyecto de tesis.
Situémonos en unas elecciones al Congreso de los Diputados en España. Como sabemos, el distrito electoral en España es la provincia, implicando que la asignación de los escaños se hace en función de los votos que cada partido obtiene en las mismas. Si nos fijamos en los partidos políticos que compiten en cada provincia en comparación con los que hay en el Congreso, veremos que hay una gran variedad de configuraciones. Por ejemplo, hay partidos (PSOE, PP e IU) que compiten en todas las provincias. Sin embargo, hay otros que se presentan sólo en una provincia (UPN) o en un puñado de ellas (CiU o PNV). Esto genera que, dependiendo de la provincia, uno tenga una oferta electoral u otra. Cuanto más igualada esté la oferta entre los diferentes distritos o provincias, más nacionalizado estará el sistema de partidos, mientras que cuanto más diferente sea entre distritos, menos lo estará. Un ejemplo paradigmático de gran nacionalización es Alemania, donde en cada länd compiten exactamente los mismos cinco partidos. Un extremo en el otro sentido es Bélgica, donde hay una división entre flamencos y valones que hace que haya un partido socialista flamenco, uno valón, unos liberales flamencos, unos valones… y así sucesivamente. Por lo tanto, estar en una u otra región implica que la oferta de partidos que tienes es completamente diferente.
De entrada, la literatura de sistemas electorales ha explicado mucho lo que ocurre dentro de un distrito, pero no lo que pasa entre los distritos. Es decir, que se sabe por qué la gente hace, por ejemplo, el voto útil entre un candidato de IU y PSOE (por volver a España) pero no sabemos por qué razón el PSOE de Cantabria, de La Rioja, de Málaga… deciden integrarse en una sola organización a nivel nacional. Cuando pensamos a nivel europeo, uno intuitivamente podría pensar que todo se explica por la diversidad cultural, lingüística… dentro del país. Es decir, es más lógico que los conservadores navarros estén fuera del PP nacional que los de Albacete. Sin embargo, esto no es tan simple puesto que aunque esta diversidad es constante (al menos los últimos 30 años), la nacionalización ha descendido mucho recientemente. De media la política en Europa, que la literatura daba como muy nacionalizada, se está reduciendo. ¿Qué explica esta variación? Es decir, ¿Por qué hay una re-territorialización de la oferta electoral? La idea principal que quiero demostrar es que la variación cultural es condición necesaria pero no suficiente para explicar la nacionalización. Mi idea es que las instituciones importan.
Las reglas que se diseñen para la competición electoral tenderán a favorecer que se formen organizaciones de ámbito nacional o bien que los partidos prefieran competir independientemente desde cada distrito. Algunas de estas instituciones que lo favorecen pueden ser externas a la organización (como un sistema presidencial, barreras electorales mínimas, monocameralismo) o internas (descentralización del funcionamiento del partido, por ejemplo). En este sentido, casi nada se ha comprobado, salvo que hay relación entre un estado descentralizado y una menor nacionalización. Sin embargo, sin saber que causa qué con claridad, es un campo en el que hay tanto que explorar... Desde las causas hasta los efectos.
Y este viene a ser el tema que me ocupará los próximos tres años de mi vida. Bueno, suena un poco bestia pero también espero ir haciendo otras cosas de provecho; ir publicando artículos de tanto en tanto, impartir clases en la licenciatura y alguna estancia en el extranjero. Creo que esto me gusta cada vez más.
Situémonos en unas elecciones al Congreso de los Diputados en España. Como sabemos, el distrito electoral en España es la provincia, implicando que la asignación de los escaños se hace en función de los votos que cada partido obtiene en las mismas. Si nos fijamos en los partidos políticos que compiten en cada provincia en comparación con los que hay en el Congreso, veremos que hay una gran variedad de configuraciones. Por ejemplo, hay partidos (PSOE, PP e IU) que compiten en todas las provincias. Sin embargo, hay otros que se presentan sólo en una provincia (UPN) o en un puñado de ellas (CiU o PNV). Esto genera que, dependiendo de la provincia, uno tenga una oferta electoral u otra. Cuanto más igualada esté la oferta entre los diferentes distritos o provincias, más nacionalizado estará el sistema de partidos, mientras que cuanto más diferente sea entre distritos, menos lo estará. Un ejemplo paradigmático de gran nacionalización es Alemania, donde en cada länd compiten exactamente los mismos cinco partidos. Un extremo en el otro sentido es Bélgica, donde hay una división entre flamencos y valones que hace que haya un partido socialista flamenco, uno valón, unos liberales flamencos, unos valones… y así sucesivamente. Por lo tanto, estar en una u otra región implica que la oferta de partidos que tienes es completamente diferente.
De entrada, la literatura de sistemas electorales ha explicado mucho lo que ocurre dentro de un distrito, pero no lo que pasa entre los distritos. Es decir, que se sabe por qué la gente hace, por ejemplo, el voto útil entre un candidato de IU y PSOE (por volver a España) pero no sabemos por qué razón el PSOE de Cantabria, de La Rioja, de Málaga… deciden integrarse en una sola organización a nivel nacional. Cuando pensamos a nivel europeo, uno intuitivamente podría pensar que todo se explica por la diversidad cultural, lingüística… dentro del país. Es decir, es más lógico que los conservadores navarros estén fuera del PP nacional que los de Albacete. Sin embargo, esto no es tan simple puesto que aunque esta diversidad es constante (al menos los últimos 30 años), la nacionalización ha descendido mucho recientemente. De media la política en Europa, que la literatura daba como muy nacionalizada, se está reduciendo. ¿Qué explica esta variación? Es decir, ¿Por qué hay una re-territorialización de la oferta electoral? La idea principal que quiero demostrar es que la variación cultural es condición necesaria pero no suficiente para explicar la nacionalización. Mi idea es que las instituciones importan.
Las reglas que se diseñen para la competición electoral tenderán a favorecer que se formen organizaciones de ámbito nacional o bien que los partidos prefieran competir independientemente desde cada distrito. Algunas de estas instituciones que lo favorecen pueden ser externas a la organización (como un sistema presidencial, barreras electorales mínimas, monocameralismo) o internas (descentralización del funcionamiento del partido, por ejemplo). En este sentido, casi nada se ha comprobado, salvo que hay relación entre un estado descentralizado y una menor nacionalización. Sin embargo, sin saber que causa qué con claridad, es un campo en el que hay tanto que explorar... Desde las causas hasta los efectos.
Y este viene a ser el tema que me ocupará los próximos tres años de mi vida. Bueno, suena un poco bestia pero también espero ir haciendo otras cosas de provecho; ir publicando artículos de tanto en tanto, impartir clases en la licenciatura y alguna estancia en el extranjero. Creo que esto me gusta cada vez más.
2 comentarios:
Mucha suerte, estoy seguro que irá bien, vi el paper que presentaste y tenía buena pinta,aunque había ideas para 3 tesis de las tradicionales.
te deseo mucha suerte kanciller!!! que todo vaya bien en los próximos 3 anios y en adelante!
beso
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