martes, 18 de marzo de 2008

El Amor (según Shakespeare)

Uno de mis autores favoritos, quizás por su toque tan moderno, tan pasional y violento, es William Shakespeare. Creo que sus obras relatan con mucho acierto muchos de los conflictos de la vida; el poder, la venganza… Precisamente, en “Trabajos de Amor Perdidos”, se trata sobre el amor y sus locuras en forma de alegoría. Sobre los rasgos del Amor, con toda su fuerza y expresividad, habla “la Naturaleza” en este precioso fragmento que me tomo la licencia de reproducir:

"De los ojos de las mujeres obtengo esta doctrina. Ellas son la base, los libros, las academias de donde brota el verdadero fuego de Prometeo (...).
Porque ¿existe en el mundo un autor capaz de enseñar la belleza como los ojos de una mujer? La ciencia no es más que un aditamento de nuestra individualidad. Allí donde estamos, nuestra ciencia reside también. Pues, cuando nos contemplamos en los ojos de una mujer ¿no vemos en ellos, asimismo, nuestra ciencia? (...).

El amor, aprendido primero en los ojos de una dama, no sólo no vive encerrado en el cerebro, sino que, con la movilidad de todos los elementos, se propaga tan rápidamente como el pensamiento en cada una de nuestras facultades y les infunde un doble poder, multiplicando sus funciones y sus oficios. Añade a los ojos una segunda vista de valor inestimable. Los ojos de un enamorado penetran más que los del águila; sus oídos perciben el murmullo más ligero, que escapa al oído receloso del ladrón; su tacto es más fino, más sensible que las tiernas antenas del caracol en su concha espiral; su lengua, más refinada que la del goloso Baco.
Y en cuanto a su valor, ¿no es Amor un Hércules encaramándose de continuo a los árboles de las Hespérides? Sutil como una esfinge; tan acariciador y musical como el laúd del brillante Apolo, que tiene por cuerdas sus cabellos. Cuando habla el Amor, enmudecen todos los dioses para escuchar la armonía de su voz. Jamás poeta alguno osó tomar la pluma para escribir, antes que a su tinta se mezclasen las lágrimas del Amor. ¡Oh! Entonces es cuando sus cánticos embelesan los oídos más duros e infunden a los tiranos una dulce humildad. Tal es la doctrina que extraigo de los ojos de las mujeres, que centellean siempre como el fuego de Prometeo. Ellas son los libros, las artes, las academias, contienen y nutren al Universo entero. Sin ellas, nadie puede sobresalir en nada."

3 comentarios:

Anónimo dijo...

oooohhh...

que bonito!!

Porque sera que en epoca de examenes una está más sensible a todo?

En fin, espero que disfrutaras de las fiestas (ya leí más abajo que si!), mientras yo estudio Hacienda Pública y esas cosas...

Besos!!

Kanciller dijo...

Si, supongo que se juntan exámenes y el inicio de la primavera. Será posible...

Por cierto, no te preocupes con Hacienda. Al final el exámen es más fácil de lo que podría parecer. Aunque ya sabes que un cálculo de IRPF cae fijo.

Un abrazo

Anónimo dijo...

Bonito fragmento. El amor es el más grande y complejo de los sentimientos, y aunque los versos de Shakespeare son sabios, creo que con el amor las palabras no bastan.

La Venus de Urbino, uno de mis quadros favoritos.